miércoles, 17 de octubre de 2018

LA LUGER EN LA HISTORIA VENEZOLANA


LA LUGER EN LA HISTORIA VENEZOLANA.

Este año se cumplen los ciento diez años de la aparición de la pistola mas famosa de la historia de la humanidad: la legendaria “Luger”.  La centenaria pistola, llamada también P-08 “parabellum” (P por pistola, 08 por el año en que se inicia su construcción y parabellum traduce del latín: para  la guerra). Se construyó en Alemania desde aquel 1908 hasta 1944; primeramente fue el arma de dotación del ejército alemán, pasando luego a ser adoptada por las fuerzas armadas o policiales de muchos países y se hizo famosa por su fortaleza y precisión, inmortalizándose por abundante literatura y en el cine y la televisión, donde es reconocida hasta por los menos enterados en materia de armas por su inconfundible silueta.  El no menos famoso calibre 9mm fue diseñado especialmente para esa pistola, que fue fabricada  con tres longitudes de cañón: 10cm  (modelo standard,) 14 cm (modelo naval) y 19 cm modelo de artillería.
Los dos modelos de Luger P-08 parabellum mas conocidos en Venezuela: arriba el modelo naval y abajo el modelo estandar, ambos en el mismo calibre 9mm.

Ahora bien, pese a que como se dijo, se adoptó en muchos ejércitos y policías del mundo, en nuestro país oficialmente nunca fue arma de dotación.  Pese a que el dictador Juan Vicente Gómez era un reconocido germanófilo, durante sus largos 27 años de gobierno, las fuerzas armadas continuaron utilizando los antiguos  revólveres como armamento regular y no pistolas, quizás debido a que el viejo mandatario era poco amigo de novedades en cuanto al armamento individual; tanto así que prefería los antiguos fusiles máuser de un solo tiro antes que los modernos de repetición, pese a las opiniones de sus asesores militares.
Pero la “Luger” vino a combatir en manos de guerreros venezolanos en uno de los episodios mas fascinantes de nuestra historia contemporánea:
El general Román Delgado Chalbaud, después de sufrir largos doce años de cruel prisión en La Rotunda, había sido liberado y rápidamente viajó a Europa, donde no tardó en preparar una expedición a Venezuela para tratar de derrocar a su compadre y ahora archienemigo Juan Vicente Gómez.  En el viejo continente logró reunir a su lado a gran cantidad de los venezolanos exiliados deseosos de deponer a la tiranía.  Invirtió lo que le quedaba de su patrimonio y junto a otros aportes económicos preparó la invasión.  Entre muchos otros lo acompañaban el escritor valenciano José Rafael Pocaterra y el joven estudiante universitario Armandito Zuloaga Blanco, miembro de una de las familias mas prominentes de Caracas.
Delgado Chalbaud no escatimó esfuerzos ni gastos.  Compró un buque, el “Falke” y para equipar a su ejército expedicionario adquirió el mejor armamento que pudo conseguir en Alemania; 2.000 modernos fusiles máuser, 25 carabinas máuser, 2 ametralladoras y por supuesto,  las mejores pistolas que pudo conseguir:  un lote de  25  pistolas Luger P-08 parabellum y 20.000 balas para las mismas.
Los expedicionarios del "Falke": el tercero de izquierda a derecha, el joven universitario Armando Zuloaga Blanco, exhibe su boina azul distintivo de los estudiantes y al cinto la inconfundible funda de una pistola luger.

El 11 de agosto de 1929 Delgado Chalbaud desembarcó con la avanzada de su invasión y se produjo el fiero combate de Cumaná.   Allí vieron su “bautismo de fuego” los jóvenes estudiantes de la UCV enrolados en la aventura antigomecista junto a viejos veteranos revolucionarios y lo hicieron empuñando las relucientes “luger”.  Allí murieron con sus armas en la mano el propio comandante de la invasión, Delgado Chalbaud y el joven Armando Zuloaga Blanco, que había abandonado la comodidad de sus estudios en Francia por venir a libertar a Venezuela.   Muchos otros cayeron de bando y bando.
José Rafael Pocaterra, tuvo que tirar al mar el parque
del Falke, entre esto, varias luger y cientos de mauser.

Al verse perdida la invasión, y en vista de la falta de combustible para el “Falke”, José Rafael Pocaterra, que estaba al mando abordo, ordena abandonar Cumaná y al no poder encontrar a ninguna fuerza revolucionaria a quien entregarle el resto de las armas toma  la dolorosa decisión de botar al mar el cuantioso parque restante,  a los fines de evitar que cayera en manos del gobierno si el buque era capturado, siguiendo así expresas instrucciones que le había dado Delgado Chalbaud. El mar Caribe se tragó en sus entrañas centenares de máuser y las luger que no se entregaron a los combatientes.
Años mas tarde, en un contexto histórico totalmente distinto volvemos a encontrar una referencia a la “Luger”.  Se trata de Braulio Barreto, conocido como “Barretico”, detective de la Seguridad Nacional, en tiempos de Pedro Estrada y Marcos Pérez Jiménez, quien en sus “Memorias” cuenta que su armamento como oficial de la policía secreta del régimen era una “luger”.  No tenemos información de que el gobierno venezolano hubiera comprado para la S.N. ese tipo de armamento; lo mas posible es que se tratara de armas decomisadas en algún procedimiento que las tomaban para dotación del personal.   Barretico participó en los procedimientos que terminaron con la muerte de Leonardo Ruiz PInada y Pinto Salinas.
Braulio Barreto (a) Barretico.  Agente de la S.N., Birgada
Política, cuenta que usaba una luger.

FUENTES:
Barreto, Braulio.  “Confesiones de un Esbirro”. Editorial Caracas 2000.  Caracas 1982
Fernández, Carlos Emilio.  “Hombres y Sucesos de mi tierra. Talleres del Sagrado Corazon, Madrid. 1969.
Pocaterra, Rafael.  “Memorias de Un Venezolano de la Decadencia”Editorial  Elite.  Caracas. 1937