viernes, 22 de febrero de 2019

JOSE HERIBERTO LÓPEZ: DESTIERRO, PERIODISMO, LITERATURA Y OCULTISMO


JOSE HERIBERTO LÓPEZ: DESTIERRO, PERIODISMO, LITERATURA Y OCULTISMO.
Por
Luis Heraclio Medina C.
Hay muchos valores carabobeños que permanecen casi que en el olvido y que debemos rescatar:  Hoy vamos a recordar a José Heriberto López, oriundo de Montalbán, tierra que dio a más de un prolífico escritor el siglo pasado.  Nacido en la década de 1870 en el seno de una familia laboriosa y estudiosa, en la que los hijos tomaron distintos caminos: su hermano Temístocles fue de los primeros farmaceutas modernos de la Valencia con su “Botica El Aguila” y llegaría a ser fundador de la Cámara de Comercio de Valencia y luego de un emporio comercial conocido a mediados del  siglo XX como COMERSA, mientras que su otro hermano Eudoro médico, político y militar, a principios del siglo pasado, fundador del Partido Nacionalista en Carabobo, fiero luchador antigomecista y uno de los hombres que acompañó hasta el final al “Mocho” Hernández en sus  revoluciones contra el contiunismo de Crespo y el autoritarismo de Castro y Gómez. 
Por su lado José Heriberto López  fue un escritor polifacético que  con su pluma incursionó en los más variados temas del conocimiento, escribiendo artículos periodísticos, ensayos, novelas, cuentos e incluso es autor de obras de teatro, casi siempre en torno al tema político, lo que más de una vez le trajo peligros e inconvenientes.  En 1908 al saberse perseguido por protestar contra la  dictadura de Cipriano Castro inicia su largo exilio.  Se embarca para Europa, y en Francia  adelanta sus estudios de derecho y comienza a escribir incursionando en el periodismo, hasta que le sorprende la primera guerra mundial.  Al quedar Europa devastada, regresa a América, alternando entre Estados Unidos y Cuba, donde comienza a publicar sus obras, de diversos estilos (ensayos, novelas, obras teatrales) y con temas que van desde lo histórico, a lo político y hasta el mundo sobrenatural, desde una óptica de excepticismo científico.
El Dr. José Heriberto López en sus tempos del exilio. 
En cuanto a su actividad política, en Estados Unidos, junto a su hermano Eudoro y  tiene una febril actividad fundando en 1918 con la “Unión Patriótica Venezolana” que preparaba una invasión a Venezuela para derrocar al tirano.  Allí es editor del órgano de la asociación revolucionaria, el periódico “Unión Patriótica” donde también escribieron Domingo B. Castillo, Ramón Muñoz Tébar, y los hermanos Horacio y Oscar Blanco Fombona.
 En la Habana escribe en varias revistas, entre ellas la famosa “Bohemia” (http://www.invasor.cu/es/secciones/historia/el-maestro-venezolano-de-lezama-lima) , y salen de la imprenta sus primeros libros: “Cuentos de Acero” (anecdotario satírico), denunciada por los agentes de Gómez en todo el Caribe, “La Víctima” (narraciones históricas), “Senderos de Luz y Sombra” (novela), “Alma Francesa” (novela), “Por los Caminos del Misterio” (ocultismo y espiritismo), “Al Margen de un Libro” (folleto político), “Guasábara” (novela), “La Vorágine del Amor” (novela), “Tragedia de Lobos” (drama trágico-político).
De la autoría del tío-bisabuelo José Heriberto solamente tenemos en nuestra biblioteca, un raro ejemplar que desencaja dentro del conjunto: su “POR LOS CAMINOS DEL MISTERIO.  OCULTISMO Y ESPIRITISMO”, un volumen de más de 400 páginas escrito en 1926, aquellos lejanos tiempos en los que aparecían nuevas tendencias del pensamiento, se derrumbaban las monarquías y se hacían descubrimientos fabulosos, como la tumba de Tutankamon, las exóticas culturas de oriente, con sus youguis y fakires, el sonambulismo, los rayos X, los avances del hipnotismo y el magnetismo junto a mitos que ya hoy casi no son aceptados, como las regresiones, la telepatía, los espiritismos, los ectoplasmas, materializaciones y apariciones, etc. Todo lo cual es tratado sin fanatismos y con buena dosis de dudas científicas.

"Por los Caminos del Misterio" un raro libreo autoría del Dr. José Heriberto López, que trataba de manera científica fenómenos poco conocidos en aquellos años veinte. 


En  1929 en La Habana, a pocos días de estrenarse una obra de teatro de crítica política,  escrita por José Heriberto,  le informan que los esbirros del régimen lo andan buscando; eran días en que la dictadura cubana de Gerardo Machado endurecía la represión,  y ante la ola de asesinatos políticos ocurridas en esos días en Cuba, el escritor rápidamente toma un barco que lo lleva a Nueva York para iniciar una nueva etapa de su exilio.  En la gran manzana escribe “Muchachita Loca” (novela psicológica), y “Veinte Años Sin Patria” su obra más conocida, un ícono del exilio antigomecista, citada entre otros por José Rafael Pocaterra en sus “Memorias de un Venezolano de la Decadencia”, por Rufino Blanco Fombona en “Ensayos Históricos” y por Carrera Damas en “El Culto a Bolívar”,  así como inumerables documentos y discursos políticos en su lucha contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, varios de los cuales son citados por Ramón J. Velásquez en su prólogo a “LA OPOSICIÓN A LA DICTADURA GOMECISTA.  LIBERALES Y NACIONALISTAS”.
José Heriberto López
Al tiempo de morir Gómez José Heriberto López regresó a Valencia, y vivió un tiempo en el famoso “Hotel Ottolina” y luego en la zona que hoy conocemos como Las Acacias.  Murió casi septuagenario esta ciudad en 1942. Dejó una veintena de libros  publicados y centenares de artículos y discursos.
Sus obras se encuentran desde la Biblioteca Nacional de Venezuela , en la Bibliotehasta en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América ( https://www.loc.gov/resource/rbpe.1330080a/?st=text ).
Uno de esos valores carabobeños que no debemos dejar que caigan en el olvido.
FUENTES
López, José Heriberto. “POR LOS CAMINOS DEL MISTERIO” . Impresa Editorial Hermes.  La Habana. 1929
Congreso de la República de Venezuela. “LA OPOSICIÓN A LA DICTADURA GOMECISTA.  LIBERALES Y NACIONALISTAS”.  Ediciones conmemorativas del natalicio del Libertador Simón Bolívar.  Caracas. Venezuela. 1983


viernes, 15 de febrero de 2019

LA VICTORIA, MITOS Y REALIDADES: LOS ESCOLARES Y EL BATALLON VALENCIA.



LA VICTORIA, MITOS Y REALIDADES: LOS ESCOLARES Y EL BATALLON VALENCIA.
Por: Luis Heraclio Medina Canelón
Al cumplirse este 12 de febrero un aniversario más del combate o “Batalla de la Victoria” como tradicionalmente se le llama, seguramente se van a repetir las anécdotas que sin mucha precisión histórica se repiten todos los años, especialmente en los últimos tiempos en los que la historia ha sido tan falseada. Gracias a nuestro amigo el profesor, investigador histórico y militar Fernando Falcón, quien nos hizo algunas correcciones en nuestros conocimientos sobre la historia nos sentimos motivados a escribir esta nota y otras que seguirán mas adelante.
El primer mito, que hemos escuchado desde niños es que José Félix Ribas enfrentó a las temibles hordas de José Tomás Bóves apenas con unos estudiantes y con estos muchachos lo venció en el famoso combate y por esto se instituyó el 12 de febrero como “Día de la Juventud”.
Quizás el primitivo origen de esta leyenda está en la “Venezuela Heroica” de Eduardo Blanco, donde el autor exagera al decir que “un tercio” de las fuerzas de Ribas (1.500) eran “seminaristas” de Caracas.
Ahora bien, para Febrero de 1814 el ejército republicano tenía 6 batallones operando en la provincia de Venezuela, con los siguientes nombres, que generalmente correspondían al lugar donde se habían conformado: Batallones Valencia, Caracas, La Guaira, Barlovento, Victoria y Valeroso de Cazadores, también había Cuerpos de Milicias y de Veteranos. Adicionalmente se había constituido otras unidades, alguna llamada “Agricultores de Caracas” y un escuadrón montado llamado “Escuadrón de Escolares”, porque estaba integrado por jóvenes estudiantes de la universidad y el seminario de Caracas, que fueron puestas bajo las órdenes de Ribas. Los historiadores divergen sobre el número de integrantes de los “Escolares”. Algunos hablan de 500, otros de 85 y los que menos señalan que apenas llegarían a medio centenar. Nosotros pensamos que el número no debía ser muy grande, porque tratándose de estudiantes de la universidad en 1813, el número de 500 nos parece harto exagerado.
Estos “Escolares” formaban junto con el “Batallón Valencia”, el “Escuadrón de Soberbios Dragones de Caracas” (o “Invencible) y otras unidades las tropas de Ribas el 12 de Febrero en La Victoria. Ahora bien, los “Escolares” no eran unos bisoños, ya desde el año anterior habían entrado en combate, incluso habían peleado en el combate más largo de toda la guerra de independencia, la batalla de Vigirima, que duró tres días (23,24 y 25 de noviembre de 1813), pero si eran muy jóvenes, casi unos niños, por ejemplo, uno de ellos Santos Michelena, quien luego alcanzaría altas posiciones en la diplomacia venezolana, tenía apenas 16 años cuando fue herido en la batalla. Al Escuadrón de Escolares, no fue que los reclutaron apresuradamente para ir en auxilio de Ribas, como se ha dicho, sino que ya eran un cuerpo formado y con cierta experiencia, eso si, indudablemente debían ser todos muy jóvenes. Debían tratarse seguramente de chicos mantuanos, o por lo menos blancos adinerados por dos cosas: eran universitarios y en aquellos tiempos no iban a la universidad sino los jóvenes de alta posición social y también porque eran un escuadrón montado y el costo de un caballo no lo podía pagar cualquiera.
Pero el peso de la batalla estuvo sobre el “Batallón Valencia”, una unidad formada por blancos criollos en la ciudad del Cabriales y los “Dragones de Caracas” comandado por el merideño Luis Rivas Dávila. Tanto fue el empeño que tuvieron el “Valencia” y los “Dragones” en el combate que mientras su caballería perseguía a los realistas que ya huían derrotados, cayó muerto en el sitio de “Pantanero” a las afueras de La Victoria, su comandante el “alebrestado” comandante Rudecindo Canelón, una de las bajas más sensibles en las filas patriotas ese día. Igualmente el comandante Rivas Dávila cayó muerto de un balazo en una de las acometidas. Más de la mitad de los “Escolares” también murieron.
Después de 9 horas de fatigosa batalla, la situación fue salvada por la llegada de una columna de caballería de apoyo comandada por Campo Elías. Por cierto Campo Elías era español de nacimiento, adicto a la causa republicana. Entonces, que quede claro que los “jóvenes estudiantes” eran una honrosa pequeña parte de las heróicas tropas patriotas en La Victoria.
El otro mito, falsedad o por lo menos imprecisión que se repite continuamente es que en La Victoria se enfrentaron venezolanos contra españoles. Nada más falso. Las tropas de José Tomás Bóves eran venezolanas, estaban constituidas exclusivamente por pardos, especialmente mulatos, esclavos negros e indios. Apenas un puñado muy reducido de españoles eran algunos de los oficiales. Eran una verdadera horda de resentidos sociales, sedientos de sangre y saqueo, que apenas eran dominados por la ferocidad de su jefe máximo. En esa tropa no había ni siquiera algún blanco criollo, ya que lo que caracterizaba a esa tropa era el odio por los que habían sido los dueños de las haciendas y comercios; había allí mucho deseo de retaliación en contra de quienes habían sido sus dueños o un oscuro sentimiento de envidia en contra de quienes tenían los bienes de fortuna, en mucho esta era una guerra social.
Así que estemos preparados para los embustes y falsedades en los altisonantes discursos que pretendan acomodar la historia a intereses subalternos.
Monumento en Pantanero, La Victoria,conmemorativo de la muerte de Rudecindo Canelon.
FUENTES:
Blanco, Eduardo. “VENEZUELA HEROICA” Edit. Las Novedades. Caracas 1944
DICCIONARIO POLAR DE HISTORIA DE VENEZUELA
Gil Fortoul, “HISTORIA CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA”. Vol I, Edit. Cumbre. México. 1979
Jimenez, Camilo. “EL LIBERTADOR SIMON BOLIVAR Y LA INDEPENDENCIA DE AMERICA” TOMO I, Tipografía Lux, Caracas, 1932.
Nectario María. “HISTORIA DE VENEZUELA”. Ediciones Salesianas s/f