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miércoles, 25 de octubre de 2017

26 de octubre del 88, EL TANQUETAZO: EL GOLPE OLVIDADO.

Es sorprendente como se olvidan ciertos acontecimientos que han sido capaces de torcer la historia; se deja de hablar de ellos por un escándalo posterior o simplemente porque se les silencia para no hurgar en sus conflictivas vinculaciones.  Hoy ya casi nadie recuerda aquella supuesta intentona de  golpe militar que en su tiempo se conoció como “el Tanquetazo” o “la Noche de las Tanquetas” o el intento de secuestrar al presidente encargado.
Eran tiempos de la presidencia de Jaime Lusinchi, la fecha:  26 de octubre de 1.988.  El presidente Lusinchi se encontraba de gira por el extranjero, en Uruguay, en misión oficial, mientras que el ministro de relaciones interiores, Simón Alberto Consalvi estba encargado de la presidencia por unos días,  pero continuaba despachando en la sede del ministerio, pero se hospedaba en la residencia presidencial alterna, La Viñeta, en las inmediaciones del Círculo Militar, en Fuerte Tiuna.
Simón Alberto Consalvi, presidente encargado para el momento de "El Tanquetazo"
MUCHAS AUSENCIAS…COINCIDENCIAS O COMPLICIDADES?
En esa noche Lusinchi no era el único que no se encontraba ejerciendo su cargo…. Por distintas razones, el comandante general del ejército  también se encontraba fuera del país. En Caracas, en el Fuerte Tiuna, el comandante del Batallón Ayala tampoco se encontraba al frente de su unidad, siendo comandada por su segundo jefe el mayor José Domingo Soler Zambrano. El batallón Ayala es una importante unidad militar que tiene entre sus misiones fundamentales prestarle la seguridad al presidente de la República, al Palacio de Miraflores y demás  oficinas presidenciales y a la ciudad de Caracas.  Es una unidad estratégica porque tiene a su cargo la custodia del poder político del país.  Está constituida por vehículos blindados medios, que por utilizar ruedas pueden movilizarse rápidamente por avenidas y calles y tiene un mediano poder de fuego con cañones y ametralladoras y está defendido por un blindaje mediano, se puede decir que es la unidad militar mas poderosa de Caracas.
A todas estas, a eso de las siete de la noche, el mayor Soler Zambrano ordena que una columna de tanques sobre ruedas tipo “Dragón 300” a su mando salga presurosa con las ordenes de tomar la sede del Ministerio de Relaciones Interiores en la esquina de Carmelitas.  Otra columna de “Dragones” al mando del propio mayor sale a tomar la residencia presidencial de “La Viñeta” ubicada en las inmediaciones del Círculo Militar.   Se supone que el plan consistía que la columna bajo el mando el mayor Soler encontraría a esas horas de la noche al presidente encargado Consalvi en la residencia presidencial de La Viñeta, donde lo secuestraría, mientras que la otra columna de tanques tomaría la sede del ministerio de relaciones interiores, sede del poder político.  Así estaría mediante un golpe de mano tomado todo el control político de la nación.  Todo esto han sido especulaciones porque desde el primer momento el secretismo cubrió con su manto de misterio este episodio.
Tanque Dragon
La primera columna de blindados sale de Fuerte Tiuna y velozmente toma la autopista Caracas La Guaira, atraviesa los túneles de El Cementerio y El Paraíso, hasta llegar a la Av. Sucre, para luego tomar la Urdaneta, llegando hasta la esquina de Carmelitas, donde los tanques toman posiciones estratégicas alrededor de la sede del ministerio. La otra columna tomó la residencia presidencial de la Viñeta, pero para sorpresa de los militares, allí no se encontraba el presidente encargado. Por el contrario, los soldados que rodearon la sede del MRI, bajo el mando de un capitán de apellido Echeverría se encontró con que a esa hora de la noche el la sede del ministerio Allí se encontraba despachando el presidente encargado Consalvi, quien se sorprendió de la movilización militar.  El comandante de la columna, el capitán Echeverría, quizás desconociendo la finalidad del plan,  le informó que la presencia de los tanques allí era para “brindarle protección al presidente encargado”. ¿pero protección contra qué?  Inmediatamente Consalvi se comunica con el ministro de la Defensa, Gral. Italo del Valle Alliegro, quien igualmente sorprendido, ordena el retiro de los tanques que habían tomado tanto el ministerio del interior como la residencia presidencial de La Viñeta y el arresto preventivo del mayor Soler y de los capitanes que comandaban las columnas de tanques.
El ministro de la defensa, Italo del Valle Alliegro,
sorprendido, ordenó el rgereso de los tanques.
De manera increíble, pese a ser una notoria movilización de blindados en el centro de la ciudad, apenas a dos cuadras de Miraflores, que rodearon la esquina de Carmelitas y muy cerca de los mas importantes rotativos a nivel nacional (Universal, Nacional, Ultimas Noticias, etc) la prensa se silenció de este hecho, apenas en algún medio una pequeña nota sin darle mayor importancia.  Las informaciones oficiales minimizaron el hecho y lo trataron como un “simple simulacro”.
LAS CONSECUENCIAS
Inmediatamente el mayor y Soler Zambrano fue sometido a juicio militar y por varios días fue interrogado sobre la razón que tuvo para ordenar a sus tanques que salieran a tomar las dependencias presidenciales, a lo que respondió que lo hizo obedeciendo unas ordenes que se le impartieron “telefónicamente” de parte de Inspector General y Segundo Comandante del Ejército, el General de División Juan José Bastardo Velásquez, quien por supuesto negó ser el autor de la orden.  Lo cierto es que el mayor detenido violó todos los protocolos y procedimientos establecidos para la realización de cualquier operación militar, que requiere una serie de confirmaciones por radiogramas cifrados (en clave),  ordenes directas y por escrito  y otras medidas de seguridad.  Una columna de tanques de guerra no se puede movilizar por una simple llamada telefónica, sin confirmar nada de nada.   Además ¿cómo salió medio batallón de tanques de Fuerte Tiuna sin que se informara a algún otro superior jerárquico? ¿cómo es posible entender que el ministro de la defensa se entera de la situación porque lo llama el propio presidente encargado al verse sorprendido rodeado de tanques?
ECHARLE TIERRITA AL ASUNTO

A los pocos días ocurrió la llamada “masacre del Amparo” que escandalizó al país, ocupando los titulares de la prensa y prácticamente toda la atencón nacional,  y unos días mas tarde, el ministro de la defensa sorpresivamente ordeno cerrar el expediente de la salida de los tanques.  No se practicaron mas diligencias, no se declaró a mas nadie y no hubo nuevas detenciones; el único preso seguía siendo el mayor Soler.
¿Qué había en realidad detrás de ese misterioso movimiento militar? Aquellos eran tiempos en los que ya se empezaban a oir rumores de inquietud militar.   Los altos mandos de las FF.AA. habían logrado cierta popularidad a raíz del incidente con  Colombia, por el caso del Caldas en el Golfo de Venezuela un año antes. Había grupos de altos militares que pugnaban por cuotas de poder, y quizás ambiciones políticas, la situación económica del país estaba deteriorada, había conversaciones con el Fondo Monetario Internacional, que exigía una profunda revisión del sistema económico-político del país y que se tomaran medidas de severa austeridad fiscal y reducción de la burocracia, para lograr renegociar la deuda externa y  para rematar estábamos en plena época de elecciones. En otras palabras, el clima político y militar era muy complicado.
Una teoría dice que detrás de la intentona estaba un grupo de militares de alta jerarquía, generales y almirantes,  que han dado por llamar “los militares notables” que tenían tiempo criticando el deterioro de la situación moral, social y económica del país y tenían intenciones de tomar el poder para enrumbar la situación.  Otra teoría sostiene que sieniestros militares de izquierda, que mas  adelante se alzarían contra el sistema democrático eran los que estban detrás del complot.  Hay una tercera teoría que sostiene que sería el propio Lusinchi el que estaba detrás de todo:  Era una maniobra para suspender la toma de fuertes medidas económicas que exigía el Fondo Monetario Internacional a Venezuela.  Si se evidenciaba una delicada situación militar Lusinchi tendría un pretexto para no tomar medidas económicas que serían impopulares.
Vinieron las elecciones, Luisnchi el último día de su mandato indultó al mayor Soler, único preso de el extraño asunto, quien fue pasado a retiro.  Luego vino el nuevo gobierno, presidido por Carlos Andrés Pérez,  que no se ocupó para nada del episodio.  Lo demás es historia.  
Lo cierto es que todos coinciden en que fue un error sumamente grave no llegar hasta el fondo de las averiguaciones y castigar y destituir a todo aquel que hubiera tenido alguna responsabilidad… pocos años mas tarde habría una nueva noche de las tanquetas con consecuencias mucho mas trágicas, que todavía hoy estamos sufriendo y lamentado.
El Palacio Blanco, en las inmediaciones del MRI.


martes, 17 de octubre de 2017

OCTUBRE de 1.918: LA PESTE ARRASA VENEZUELA

En estos días de octubre se están cumpliendo noventa y nueve años del evento más trágico de toda la historia de Venezuela:  la peste española de 1.918.  Ni la guerra de independencia, ni todos los terremotos juntos, ni las guerras civiles y revoluciones mataron a tantos venezolanos en tan corto tiempo.  Hace casi cien años la  gripe o peste española acabó con la vida de decenas de miles de venezolanos sin distinción de edades, clases sociales o profesiones, y prácticamente no es mencionada en los libros escolares de historia y son relativamente pocos los que hoy conocen de ella.



¿QUÉ FUE LA GRIPE ESPAÑOLA?
La influenza o virus de la gripe existe desde tiempos inmemoriales.  Se le llamaba en los tiempos antiguos “influenza” porque se consideraba que era producida por la mala influencia de los planetas y cuerpos astrales sobre la maldad del mundo.  Es un virus que muta de vez en cuando, variando sus características y es endémica en algunas partes del mundo.  En Venezuela se registraron anteriormente otras epidemias de gripe pero no causaron tantos estragos.  Ahora bien, para 1.918 el mundo estaba enfrascado en la peor tragedia creada por el hombre:  la gran guerra europea o primera guerra mundial, como la llamamos hoy, que desde  1.914 llenaba de muerte, miseria y destrucción los campos y ciudades de Europa. Son los principales factores de propagación de la gripe el hacinamiento, la falta de condiciones de salubridad y  la debilidad de los enfermos.  Todos estos factores están asociados con la miseria y con la guerra.  
PRIMERA GUERRA MUNDIAL:  La falta absoluta de higiene en los campos de batalla favoreció la diseminación de la peste por toda Europa.


  A todas estas, se produce un primer brote en Fort Riley, Kansas,  en la costa oeste de los Estados Unidos, en un cuartel donde se concentraban miles de soldados antes de partir al frente europeo.  La tropa, algunos con los primeros síntomas eran trasladada desde la  costa oeste norteamericana hasta los puertos del Atlántico estadounidense para seguir a Europa.  De allí por barco el virus fue llevado por soldados enfermos a Inglaterra y Francia donde eventualmente también contagiaron a británicos y franceses y luego a los enemigos alemanes y los otros aliados.  El virus encontró un excelente caldo de cultivo en los infelices soldados que sufrían las infernales condiciones de insalubridad de la guerra de trincheras: sin agua ni alimentación suficientes, sin baños, viviendo en madrigueras junto a cadáveres, ratas y piojos,  que año tras año se habían incorporado al paisaje.  Allí el virus se hizo más fuerte e infectó a todo a su paso.
El campo de reclutas norteamericano de Fort Riley, Kansas fue el lugar donde se cree inició la peste; de allí a la costa oeste y luego a Europa para diseminarse por todo el mundo.


¿Y POR QUÉ LA LLAMAN “ESPAÑOLA”?
Es un lugar común que “las primeras víctimas de la guerra son la verdad y la información”.  En efecto, los países en guerra (Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Alemania, etc.) en esos tiempos de guerra tenían una fuerte censura de prensa: no permitían que ninguna noticia que pudiera desmoralizar o desalentar a sus poblaciones o  a sus tropas se diera a luz pública, por eso no permitieron que se conocieran las noticias de la epidemia en sus países.  Quizás esto fue otro de los factores que ayudó a la generalización de la epidemia.  En algún momento la gripe también llegó a España, que tiene extensas fronteras con Francia, pero éste país no estaba en guerra y gozaba de cierta libertad de prensa y expresión, por lo que las noticias e informaciones de la epidemia rápidamente se hicieron conocer:  “  Hay una peste en España.  Hay una pandemia en España.   La peste que hay en España….LA PESTE ESPAÑOLA¡¡¡¡¡ “   Y así, históricamente se conoce una pandemia que había iniciado en un campo de reclutas del oeste norteamericano.

POR LA GUAIRA LLEGÓ LA PESTE
Como todos sabemos, España tiene fuertes vínculos comerciales y sociales con Suramérica, y especialmente con el Caribe, donde estaba sus colonia predilectas, Cuba y Puerto Rico  que recién muy pocos años antes habían conseguido su independencia tras la guerra hispano-norteamericana.  Pues bien, en alguno de los tantos vapores mercantes que circulaban entre España y las antillas venía la peste, que eventualmente llegó al puerto de La Guaira a principios de  Octubre de 1.918.  El atraso de la Venezuela de esos tiempos era total, prácticamente todavía vivíamos en el siglo XIX.   Eran pocas o ninguna las medidas de prevención sanitaria que existían en  nuestros puertos, ya que lo único que le interesaba al gobierno era impedir la llegada de sus enemigos políticos.  No se previó la cuarentena de buques con enfermos ni ninguna otra medida preventiva.    Así se conocen los primeros casos en La Guaira el 10 de octubre;  si consideramos que el virus lleva unos pocos día para su incubación, debió iniciarse en la primera semana de ese mes.
PUERTO DE LA GUAIRA:  Por aquí llegó la influenza, a principios de octubre de 1.918.  En esos tiempos en que Venezuela estaba muy atrasada en todas las materias, particularmente en sanidad pública.  Pese a que se conocía de la peste en Europa y Norteamérica no se había tomado ninguna medida preventiva.


DIA A DIA LA EVOLUCIÓN DE LA PESTE
Las autoridades oficiales en los primeros días de la peste no le dieron mayor importancia; en el BOLETIN DEL ARCHIVO HISTÓRICO DE MIRAFLORES (Nro. 107-108) podemos leer un telegrama enviado a Gómez el 16  de octubre  por Ignacio Andrade, ministro de relaciones interiores señala que:

 “…la novedad que han comunicado de epidemia es exagerada…sólo hay un catarro que dura dos días…”

 Poco a poco las autoridades militares se dan cuenta de que en los cuarteles gran cantidad de soldados caen enfermos  y dan las primeras alarmas.  El 17 de octubre todavía el director de la Sanidad Nacional José A. Tagliaferro le telegrafía a Gómez:

 “la epidemia de gripe es sumamente contagiosa pero no presenta ninguna gravedad…muchos enfermos la pasan caminando y no se registra ningún caso fatal”.

  El 18 de octubre se constata la aparición de la gripe en Caracas.  Para el 20 de octubre la gripe se ha esparcido por toda la Guaira, tanto así que se tienen que despachar por tren médicos a ese puerto porque todos los galenos guaireños están en cama.  Ante todas estas informaciones Gómez, en su refugio de Maracay,  entra en pánico y el 21 ordena al presidente provisional Márques Bustillos:

 “para evitar que estos lugares de por acá , se contagien también con la referida epidemia, dicte las medidas respecto de pasajeros y mercancías que vengan por tren para estos pueblos del centro, que interesa salvar a toda costa de la referida infección”

Inmediatamente se establece un cordón sanitario en Antímano para pasajeros y mercancías que viajen por tren, automóvil, caballo, carreta,  arrieros, etc, que salgan de Caracas hacia el centro por esa vía.  El 25 de octubre Gómez ordena la destitución del médico de Sanidad del Puerto de La Guaira por no aislar al puerto.
Para el 26 de octubre la gripe ha llegado al Castillo de Puerto Cabello, donde la cuarta parte del personal se encuentra enfermo y el jefe de la fortaleza telegrafía al dictador:

  “no sabemos cuántos más caeremos de hoy a mañana, que Dios meta su mano y nos ampare de esta epidemia que se nos ha presentado”

La gente acudía a los remedios caseros y tradicionales, bebían limonadas y hacían ungüentos con limón que se untaban en el cuello y el pecho.  .  Se tomaban gárgaras de agua oxigenada y también la usaban para lavarse las manos. El 25 de octubre empiezan a aparecer los muertos tirados en las calles de los barrios más pobres de Caracas.  Se prohibieron las reuniones públicas, procesiones, funciones de cine, ópera y teatro y corridas de toros. Se colapsaron por falta de personal las funciones de los tranvías, telégrafos  y las centrales telefónicas.  Los médicos prohibieron besos y abrazos.   El gobierno prohibió a la prensa hablar de la peste, pero la Sociedad Médica de Caracas convocó por prensa a una asamblea para tratar la epidemia.
El 25 de octubre empezaron a aparecer los muertos tirados en las calles de Caracas.


 En Caracas un médico de origen judío, el dr. Aaron Benchetrit recomendaba un tratamiento con purgante de aceite de ricino y desaconsejaba los antipiréticos.  Aseguraba estar curando a muchos pacientes con este tratamiento,  Desde los EE.UU. algunos venezolanos comentaban que en el Norte se usaba con éxito un tratamiento similar, pero  el gremio médico en general  no está de acuerdo y se produce un agrio enfrentamiento entre Benchetrit y el resto de la comunidad médica que es partidaria de los tratamientos tradicionales.
En la capital, para principios de noviembre, ya los decesos diarios se acercan a cien.  Se agotan las urnas.  El desfile de carros fúnebres de los mas pudientes y de vulgares carretas llenas de cadáveres hacia el cementerio es continuo, día y noche.   Se dan varios casos de humildes enfermos inconcientes  que aún con vida fueron confundidas con los cadáveres y se las fue a enterrar, pero por un ataque de tos fueron rescatados de la fosa común. 

 El arzobispo de Caracas,   Felipe Rincón González, logra que los presos de la Rotunda que habían permanecido sin ningún tipo de atención médica reciban la visita del dr. Rafael Requena, quien les lleva medicinas, cobijas, franelas y alimentos, pero el dr. Requena cae enfermo también.
Se prohibió cualquier visita a los hospitales y sólo los parientes más inmediatos podían acompañar los entierros.  Se agotan los ataúdes; los fallecidos del hospital Vargas son enterrados sin urnas en fosas comunes en un terreno habilitado para tal fin en las inmediaciones del cementerio de Caracas; se le conoce desde entonces como el sector de “La Peste”.
 
HOSPITAL VARGAS:  Para evitar el contagio se prohibió la visita a los enfermos del hospital.  Hubo días en que los muertos llegaron a más de cien y se tenían que enterrar sin ataúdes en fosas comunes de la zona conocida desde entonces como “la peste”.
 Se ordenó la desinfección general de tranvías, trenes, oficinas públicas y locales privados con la  utilización masiva de formol y creolina.  Las farmacias también se estaban quedando sin empleados y un grupo de estudiantes voluntarios comenzó a suplir a los empleados enfermos en las boticas.
Las condiciones de escasa higiene de cuarteles, cárceles  y hospitales contribuyen a la virulencia de la peste, los soldados enfermos en sus catres carecen de vasos de cama y sus excreciones eran depositadas en el suelo, lo que saturaba el ambiente, enfermando a médicos y enfermeros.  Los médicos aprecian que la mayor parte de las muertes se producen en el período de convalecencia y no en el período agudo, por lo que recomiendan especial cuidado en la recuperación.
AgrLA POBREZA EXTREMA:  Factor determinante en la gran cantidad de defunciones fue la pobreza extrema en que vivía gran cantidad de venezolanos, mal alimentados y vestidos, sin condiciones de higiene en sus precarias viviendas y muchos de ellos padeciendo crónicamente de paludismo y tuberculosis.
egar leyenda

Se constituyó una Junta de Socorro compuesta por el arzobispo Mons. Felipe Rincón González , Vicente Lecuna, Santiago Vegas, Dr. Luis Razetti, Dr. Francisco. Antonio  Risquez, Dr. Rafael Requena, entre otros, encargada de coordinar toda la lucha contra la epidemia.  Treinta mil enfermos había en ese momento en Caracas.  Los doctores José Gregorio Hernández y Luis Razetti declaran  públicamente que lo que está matando a tanta gente no es la gripe propiamente dicha sino el estado de absoluta pobreza y miseria en que viven la mayoría de los venezolanos, mal alimentados y con escasa o ninguna condiciones de higiene, muchos con padecimientos crónicos de paludismo y tuberculosis. 
Los miembros de la Junta de Socorro de Caracas

 

MIEMBROS DE LA JUNTA DE SOCORRO de CARACAS: El Dr. Luis Razetti, Dr. Francisco Risquez, Dr. Rafael Requena, Monseñor Felipe Rincón   y Vicente Lecuna, miembros de la Junta de Socorro.

Ante el clamor y la protesta de los galenos se instalaron cocinas populares que repartían alimentos cocidos a los pobres.   Oscar Yanes (“Memorias de Armandito”  p. 198) cita el caso de niños de hasta doce años que jamás habían tomado leche y hombres y mujeres que nunca habían comido carne.



LAS COCINAS POPULARES: Se instalaron cocinas populares en la Cruz de La Vega, en Los Telares, el Guarataro, la esquina de Bárcenas, Puente de Hierro y Camino Nuevo.  Se repartían 3.000 arepas diarias, según las versuiones oficiales.  También se les regalaba a los pobres un “combo” como se le llama hoy compuesto por un pedazo de papelón, sal, azúcar, café, medio kilo de funche, un poquito de arroz, una caja de fósforos y dos velas.
Para el 1ero de Noviembre la peste llega a Ciudad Bolívar, la trae un barco proveniente de Trinidad, donde se había desatado días antes.
En vista de la emergencia nacional, el gobierno eroga una cantidad extraordinaria de quinientos mil bolívares para cubrir la contingencia.  Se le pide al dictador, que ya se perfilaba como el hombre más rico de Venezuela,  una donación de su inmenso peculio particular en dinero, y Gómez, se niega y señala por vía telegráfica al presidente provisional Márquez Bustillos:

“creo que por el momento no es oportuno, la suma que ha dado el gobierno, bien administrada, juzgo suficiente para llenar el objetivo que se ha propuesto el gobierno”

Para el 3 de Noviembre la peste ya está presente en el estado Lara. En Maracay cae en cama enfermo el hijo predilecto del dictador, el coronel Ali Gómez.  Para el 4 ya la peste había llegado a Margarita. En todas partes los trabajos están interrumpidos o suspendidos: tranvías, telégrafos, comercios  y carreteras se quedan sin operarios por la enfermedad. El comercio sufre severas pérdidas por el cierre de sus establecimientos y los productores agropecuarios cercanos a la capital padecen igual por el cordón impuesto sobre Caracas ya que no pueden comercializar sus mercancías.  Muchos están a punto de la quiebra.  Se producen algunos suicidios en Caracas.

Para el 5 de Noviembre la gripe azota el Zulia; seis mil casos declarados para esa fecha.  Santos Matute Gómez, presidente del estado telegrafía al dictador en estos términos:

“Extendida la gripe de modo alarmadísimo hasta llegar a seis mil casos y teniendo muy pocos recursos de qué disponer, le suplicamos prestar su decidido apoyo monetario y su valiosa influencia con el gobierno nacional a favor parte menesterosa que padezca por falta alimentos y medicinas.”

Ya para esa fecha la peste había llegado a los pueblos de Aragua.  El 7 muere Alí Gómez hijo predilecto del dictador y vicepresidente del estado Aragua.  En esos días también muere un hermano del dictador que nunca se nombraba.  .

ALI GOMEZ, se decía que era el hijo predilecto del dictador.  Tenía grado de coronel del ejército y ejercía la vicepresidencia del estado Aragua.    Gómez no fue a verlo en su gravedad por miedo al contagio pese a que el moribundo imploraba por su presencia. También era comandante del Regimiento Sucre Nro.2, presidente del Club Venezuela, torero aficionado, coleador y piloto de carreras.  Gomez pidió que cuando el muriera lo enterraran al lado de Alí.

Para el 11 de Noviembre Maracaibo está siendo azotada por la peste; los muertos diarios pasan de 50 y no hay recursos ni económicos ni materiales para atender la emergencia.  Todos los jefes y oficiales así como el médico del Castillo-prisión  de San Carlos en el lago se encuentran enfermos.  El obispo del Zulia telegrafía a Gómez implorando por los recursos.
Para el 23 las autoridades del Táchira reconocen que está dando un “catarro muy fuerte con mucha calentura”.  Cae enfermo Eleazar López Contreras, quien salvará su vida.
El 28 de noviembre la gripe se extiende con fuerza  por Falcón, Yaracuy Guárico  y Cojedes.  Las juntas de socorro establecidas en todas las ciudades carecen de recursos y piden donaciones al dictador. Resulta conmovedor leer los telegramas de tales juntas transcritos en el BOLETIN DEL ARCHIVO HISTÓRICO DE MIRAFLORES, implorando por limosnas para el pueblo pobre que de mengua y hambre moría por docenas.


Poco a poco en los lugares donde se había iniciado el virus, van bajando los índices de morbilidad y mortalidad. El 29 de Noviembre, casi dos meses después de iniciada la pandemia, se declara extinguida epidemia en el puerto de La Guaira, primer foco de infección.   A fines de diciembre ya la situación estaba casi normal en Caracas.  Para fin de año se permitieron las reuniones públicas, el cine, la zarzuela, y los toros.  Los esbirros volvieron a sacar a los presos-esclavos a construir carreteras y se normalizaron tranvías y trenes.   Progresivamente irá pasando por todos los pueblos y ciudades del país hasta inicios  de 1.919, aunque en los pueblos alejados de las ciudades el proceso ocurrió más tarde. Los últimos casos registrados fueron en Mucuchíes en Febrero de 1919. Ochenta mil venezolanos murieron en el lapso de unos tres meses, muchos más víctimas de su debilidad, falta de alimentación e higiene y pobreza en general, que potenció los estragos de la influenza.

CARABOBO ACÉFALO Y DESAMPARADO.

Particular mención debemos hacer a la situación del Estado Carabobo.  Para 1918 era Presidente del Estado un oficial andino, lugarteniente incondicional de Gómez, el general Emilio Fernández, quien con mano de hierro tenía sometidos los destinos de los carabobeños con una brutal represión y las cárceles llenas.   La peste se presenta en Valencia a finales de octubre.  Rápidamente se disemina por toda la ciudad.  Casi todos los presos y muchos soldados caen enfermos; no se saca a los presos-esclavos  a los trabajos forzados.  De la misma manera centenares de particulares caen enfermos.
 
EL GENERAL EMILIO FERNÁNDEZ.  Presidente del Estado Carabobo para 1.918:  Abandonó el estado para ir a refugiarse en Los Teques, pero Gómez le obligó a regresar

El primero de noviembre se efectúa una reunión de urgencia en el Capitolio,  con la presencia de las autoridades y los médicos valencianos y personalidades destacadas, en la que se instala una “Junta de Vigilancia, Sanidad y Socorro”, para hacer frente a la emergencia,  en la cual se elabora un plan de defensa de la población, y se acuerdan una serie de medidas, entre las cuales están la clausura de escuelas y templos, el cierre de cualquier establecimiento público después de las 10 pm, a excepción de las boticas, que deberán despachar a toda hora, la obligación del aseo de casas y aceras que deberán ser regadas con antisépticos, se instaba a la población a no salir de sus casas, se ordenaba a los médicos a participar a la junta todo caso de la enfermedad y se impuso la fumigación de toda correspondencia que saliera o entrara a la ciudad.  También se estableció el despacho de medicinas a los pobres en las boticas de: E. y Morales, Tuozzo y Manrique, N. Figueredo, Gustavo Minguet, y Francisco Feo.  También se designaron juntas subalternas por cada parroquia, integradas por los siguientes señores, entre otros: en Catedral a cargo de el Dr. Emiliano Azcunes, Pbro. Rafael Torres, Francisco Feo y  Francisco Codecido, El Socorro: Pablo Hernández Madriz, Luis Manuel Berrizbeitia, San José:  Dres. Luis Ravelo Pérez, Francisco Codecido Baquero, Melquíades Granadillo.  San Blas: Dr. Simón Marrero, Ricardo Montenegro, José Velásquez y Vicente Roversi. Santa Rosa: Dres. Cesar Flamerich, Temístocles López, Francisco Branger.  Candelaria: Dres. Pablo Feo, Heraclio Medina, Francisco José López.  Se nombró médicos a la orden de dichas juntas a Atilano Vizcarrondo, Velazco Paredes, Rafael Iturriza, Carlos Sanda, Napoleón Araujo, Lisandro Lecuna, Luis Pérez Carreño, Jesús María Arcay, Pablo Osío, Virgilio Herrera, R. Navarrete Serrano, Diego Plaza Madriz, José Angel Rivas, Jesús M. Briceño Picón y Gaspar Castrillo.
El Dr Heraclio Medina López
, designado como médico de la junta de la parroquia Candelaria para enfrentar la emergencia.
El Dr. Temístocles López, de la junta de Santa Rosa.

Ahora bien, el general Fernández, que tenía fama de hombre valiente a la hora de la batalla, al igual que su jefe Juan Vicente Gómez, luego de instalada la junta, entró en pánico al diseminarse  la peste en Valencia, abandonando apresuradamente su cargo, sin siquiera avisar su salida y refugiándose en una casa de campo en las afueras de Los Teques, estado Miranda. 
Ante tal falta de autoridad en una ciudad asolada por la epidemia reinó la desesperación ya que no había quien tomara decisiones y obtuviera recursos.  Sería tal la crisis que se presentó, que en aquellos tiempos de miedo y sumisión, el propio secretario general del gobierno de Carabobo, Luis Eladio Contreras, en una muestra de angustia y valor, le escribe un telegrama al gral. Gómez planteándole la desesperante situación de Carabobo, el cual consideramos oportuno transcribir parcialmente por su elocuencia:

De Valencia a Maracay el 8 de noviembre de 1918
General J. V.  Gómez
…mi deber me obliga a decirle la verdad ya que es una obligación mía velar por su buen nombre y por el concepto moral del gobierno que representa y precisamente porque quiero evitarle ingratas impresiones que puedan presentarse aquí.
…Valencia se considera abandonada moral y materialmente por su presidente en estos momentos conflictivos para ella, y su indignación puede estallar en una manifestación del pueblo a quién sabe, pues carece de recursos para atender necesidades de la actual epidemia y él ha marchado sin resolver nada en concreto y dejándome sin acción, pues ni siquiera me avisó que se iba. 
Como esta situación, angustiosa para la sociedad y para mi, que no puede ver con indiferencia sus sufrimientos, tanto más cuanto que yo debiera tomar una parte muy activa y así lo exigen mi posición y la misma población me veo el forzoso ocaso de comunicarlo a usted.
El pueblo en masa prorrumpe en una sola queja…según opinión médica tenemos aquí para hoy 5.000 atacados de gripe.

Al día siguiente, Gómez, en  un perentorio telegrama le ordena al Presidente del Estado Carabobo, refugiado en Los Teques, que regrese a su puesto:

…hay como 5.000 casos de gripe en Valencia y la ciudad se encuentra justamente alarmada…es justo que usted salga inmediatamente para allá …para dictar todas las medidas necesarias para combatir el mal y aliviar a la clase proletaria que sufre y está expuesta a perecer.   Avíseme salida
J.V. Gómez

Evidentemene que ante tal exigencia Fernández abandonó su madriguera en Los Teques y tomó de nuevo sus funciones en Valencia.   No sabemos cuánto duró Luis Eladio Contreras en su puesto, pero no hemos conseguido otros documentos suscritos por él en los archivos.

Mi abuela, que para esos tiempos no llegaba todavía a los 20 años me contaba que en muchas cuadras estaban enfermas todas las personas; y en muchas casas murió toda la familia.  Se dio más de una vez el caso de que después de varios días de no ver a nadie de la familia tal o cual, los vecinos abrían la puerta de la casa y entraban a ver y encontraban a todos muertos.
Para fines de noviembre el general Fernández informa a Gómez que “la gripe ha disminuido gradualmente en este estado”  y que en los campos hay “muchos enfermos pero pocos muertos”.  Ya la peste estaba terminando



FUENTES:
“Boletín del Archivo Histórico de Miraflores” Nro. 107-108.  Abril-Diciembre de 1.979.  Imprenta Nacional.  Caracas.
Yanes,  Oscar.  “Memorias de Armandito” Editorial Planeta.. Caracas 2007
Fernández, Carlos Emilio.  “Hombres y Sucesos de Mi Tierra” Madrid. 1.969

Colombet, Miguel.  “Documentos que hacen historia”  Editorial Alfabeto.  Valencia, 1.966

domingo, 8 de octubre de 2017

EL Cap. LOPEZ CONTRERAS, EL Gral. MEDINA Y TOCUYITO

Hace exactamente 118 años, el 14 de septiembre de 1.899 se produjo uno de los combates mas sangrientos de nuestra historia: la batalla de Tocuyito. Cipriano Castro venía con “Revolución Restauradora”, desde los Andes, derrotando combate tras combate a las fuerzas gubernamentales del presidente ilegítimo Ignacio Andrade, quien años atrás había usurpado el triunfo electoral a “El Mocho” Hernández .
Tropas de la revolución liberal restauradora.
Esta batalla, que no es debidamente recordada y estudiada por historiadores y militares, tiene gran importancia por diversas razones, en lo político, militar e histórico, entre otras cosas, en lo político, porque en virtud de la victoria de Cipriano Castro en ese combate se inicia la larga hegemonía andina en la política venezolana, que ha perdurado hasta fechas recientes. En lo militar, fue la primera vez en la que se utilizaron masivamente las ametralladoras y la última vez que se empleó masivamente la caballería en nuestro país, como un preludio a lo que sucedería catorce años después en Europa con la primera guerra mundial. Y como se dijo arriba fue uno de los combates mas cruentos librados en nuestro país, se habla de entre mil y mil quinientos muertos e incontables heridos. Para tener una idea de lo intenso del combate, contamos, solamente entre las fuerzas de la revolución, entre los fallecidos al Cnel. Miguel Contreras, comandante del Batallón Bolívar, y el capitán Antonio Guerrero. Entre los heridos están el propio comandante de la revolución, el general Cipriano Castro, el gral. Pedro María Cárdenas que años mas tarde llegaría a ser gobernador en Los Andes, el segundo jefe del Batallón Junin, el cnel. Emilio Fernández, que luego sería general y gobernador de Carabobo, el gral. Juan Chirinos, segundo jefe del batallón Lara, los comandantes Obdulio Bello, José Ma. García, José Ma. Buitrago, y un jovencito, casi un adolescente, el más joven de todos aquellos sesenta andinos con quienes comenzó la revolución, un flaco y espigado muchacho, el capitán Eleazar López Contreras. El bisoño capitán, que se había ganado el respeto de todos sus compañeros, en su mayoría veteranos de guerras de montoneras y “revoluciones”, se batió como los mejores en el combate de Tocuyito, y en el fragor del tiroteo recibió un balazo en el hombro izquierdo con un fusil máuser.
El joven capitán Eleazar López Contreras.
La herida fue terrible. Para quien no conozca lo que era un máuser de aquellos tiempos, les diremos que se trata de una inmensa bala de puro plomo, el doble de gruesa que los fusiles que se usan actualmente, pero con la gravedad de que aquellas balas usadas en esos tiempos no tenían ningún tipo de blindaje, por lo cual el plomo se deformaba cuando el proyectil impactaba con el hueso, adoptando las mas variadas formas y produciendo terribles desgarros, fracturas y desprendimientos. De hecho, ese tipo de proyectil fue prohibido hace muchísimos años por las Convenciones de Ginebra por ser completamente inhumano.
López cayó casi inconsciente y aunque en un primer momento lo creyeron muerto, fue recogido por sus soldados y llevado a sitio seguro, donde dos de las mujeres, que valientemente acompañaban al ejército invasor casi que junto a los combates, le hicieron los primeros cuidados y curas. El propio general recuerda a estas damas: Mercedes Moros y Amelia Candiales.
Una reliquia histórica que conserva la familia Medina; el equipo de cirugía usado por Medardo a fines del siglo XIX. Dos bisturís y un torniquete en su cofre de madera. Posiblemente este equipo se utilizó para operar a los heridos de la batalla de Tocuyito.
A los dos o tres días los enfermos y heridos fueron trasladados a Valencia. En aquellos tiempos apenas existía un hospital y los poquísimos cirujanos que había en la ciudad operaban en la propia residencia del enfermo o en sus propias casas. Uno de estos cirujanos era el general Medardo Heraclio Medina Betancourt, oriundo de la capital, pero casado con una bella montalbanera, Ismenia López con quien había fundado familia en Valencia. Medardo, era veterano de las guerras civiles del siglo XIX, también había sido herido en combate, en la batalla de la Cortada del Guayabo, varios años antes y fue miembro del estado mayor del gral. Joaquín Crespo.
El médico y general Medardo Heraclio Medina Betancourt.

Medardo recibió como paciente al joven Eleazar. Le realizó una primera operación y hasta le dio hospedaje en casa de la familia Medina. Largo tiempo tardó la infección en desaparecer, hasta que al fin con los cuidadosos tratamientos cedió. Aunque en un principio desconfiaban de la mayoría de los oficiales de la revolución, en buena parte campesinos sin mayor cultura ni educación, casi que analfabetas, encontraron en el joven tachirense a alguien digno de confianza: bachiller, de buenos modales, impecable en su presencia, cristiano devoto y austero en su comportamiento. López había querido ser médico, estuvo a punto de ingresar en la Universidad de Mérida justo antes de enrolarse en la revolución, por lo que Medina sintió especial simpatía por el paciente. No tardó el viejo general Medina en establecer una buena amistad con el joven capitán, hasta que, ya medio recuperado y en condiciones de viajar, se trasladó a Caracas, donde debía terminar su tratamiento y asumir el cargo de edecán del presidente Cipriano Castro.
Pasaron treinta y seis años…El joven capitán ya había llegado a general y asumió por disposición constitucional la presidencia de la república. Las primeras medidas del nuevo presidente fue la liberación de todos los presos políticos, la separación de los gomecistas del gobierno y la formación de un nuevo gobierno de unidad nacional con participación de los antiguos adversarios de la tiranía gomecista. Mientras analizaba la lista de los presos que se estaban excarcelando del Castillo Libertador de Puerto Cabello, preguntaba el origen y razones de cada preso. Le llamó la atención un valenciano que ya llevaba seis años en las mazmorras del Castillo: Luis Eudoro Medina López. Recordó que casi cuarenta años atrás había recibido atenciones de una familia Medina López en Valencia, a quienes recordaba con afecto. Alguien le informó que el hombre que estaba recobrando la libertad era hijo del viejo general Medardo y que su prisión se debía a estar implicado en el magnicidio frustrado de las bombas contra el general Gómez. El general pidió que se comunicaran con Luis Eudoro, a quien quería conocer. En el termino de la distancia el hijo del doctor y general Medina se le presentó al nuevo presidente, quien le manifestó el aprecio por el difunto padre de Luis Eudoro y le ofreció un cargo en el nuevo gobierno, a lo que ni corto ni perezoso Luis Eudoro aceptó. Así, Luis Eudoro saltó literalmente de un calabozo hasta el Palacio Legislativo, como diputado a la Asamblea Nacional Constituyente de 1.936 y mas tarde sirvió al gobierno de López Contreras como gobernador del distrito Puerto Cabello, donde le tocó enfrentar la crisis de los buques italianos y alemanes hundidos por sus tripulaciones durante la Segunda Guerra Mundial. La estima mutua entre el gral. López Contreras y los miembros de la familia Medina López duro por toda su vida.



Septiembre 1.892: La prensa londinense, Valencia y la Revolución Legalista.


Navegando por la red me he conseguido con algo que en mi opinión es un documento extraordinario que nunca antes se ha publicado en estas redes. Se trata de la primera plana del periódico londinense “Daily Graphic” de Septiembre de 1.892, hace 125 años, que hace referencia a “La Revolución en Venezuela” y presenta dos grabados que según explica provienen de sendas fotografías. 
Portada del diario londinense Daily Graphic, donde aparecen los grabados relativos a la revolución legalista en Valencia.

¿QUÉ FUE LA REVOLUCION LEGALISTA?
En 1.892 la prensa extranjera se interesó (como veremos más abajo) por el alzamiento militar producido en Venezuela en esos días.  Se trata de la llamada “Revolución Legalista” liderada por el general Joaquín Crespo.  
El Gral Joaquín Crespo en una foto del periodista y militar norteamericano William Nephew.
Un año antes, en 1.891, el presidente de ese entonces  Anduela Palacios, con una serie de maniobras fraudulentas, desconoció la autoridad del Congreso Nacional y promulgó una reforma constitucional para asegurarse su continuidad en el poder.  Así, el país quedó dividido en dos bandos:  Los “continuistas” a favor del fraude constitucional promovido por el presidente para asegurarse su permanencia en el poder y los “Legalistas”, que defendían a la constitución, el estado de derecho y la legalidad. Una vez consumada la ruptura del hilo constitucional por parte del presidente Andueza, el general Joaquín Crespo, reconocido caudillo militar se alza en armas en marzo de 1.892, desde el Estado Guárico, con gran apoyo popular. Inmediatamente las altas autoridades del poder judicial: la Corte Federal y la Corte de Casación también se pronuncian en contra del fraude de Andueza.  Rápidamente la guerra se generaliza por todo el país.  El movimiento toma el nombre de  “Revolución Legalista”, ya que su objetivo declarado es el restablecimiento de la «legalidad constitucional» y logra, de hecho, una fusión entre liberales amarillos y conservadores «azules» que se evidencia en el uso por parte de los revolucionarios de la bandera blanca, símbolo de unión, en oposición al pabellón amarillo enarbolado por las tropas del gobierno. 
Soldados (hombres y mujeres) de la revolución legalista.
En el sur de Aragua se levanta en armas Ramón Guerra; en los valles del Tuy se alzan Martín Vegas, Wenceslao Casado y Leoncio Quintana, imitados por Pablo Manzano en Portuguesa y Barinas, José Félix Mora en Carabobo,  Julio Montenegro en Cojedes, el Mocho José Manuel Hernández en Guayana.  El gobierno también tiene sus defensores: un joven militar llamado Cipriano Castro lo hace en el Táchira, también se destacan los nombres de Domingo Monagas, Diego Bautista Ferrer, Alejandro Ibarra, Julio F. Sarría, Luis Loreto Lima.  
Gral Ramón Guerra (foto cortesía de Luisa Henriquez)
Luego de varios combates y el fracaso de la expedición del ejército gubernamental contra los alzados entra en crisis el gobierno y el presidente Andueza es obligado a renunciar por su propia gente y escapa del país en Junio. El nuevo gobierno trata de dialogar con el movimiento de Crespo, pero las ofertas que le hacen  son inaceptables y se reanudan las operaciones militares.  El ejército legalista avanza hacia Caracas, pero es derrotado en la batalla de “La Cortada del Guayabo”, en el actual estado Miranda, donde resulta herido el general legalista Medardo Heraclio Medina. 
El Gral Medardo Heraclio Medina B., herido en el combate de La Cortada Del Guayabo.
El ejército legalista aún muy fuerte divide sus fuerzas y rodea Caracas desde La Victoria, Ocumare del Tuy y San Juan de Los Morros. Valencia y Puerto Cabello son tomadas por los legalistas en agosto.  Con diez mil hombres Crespo avanza sobre Caracas y luego de derrotar a las tropas del gobierno en Boquerón y Los Colorados  entra triunfal en la capital en octubre luego de que huyen los  últimos defensores del gobierno. Se registraron  unos 150 combates y el número de muertos en esta guerra civil se calculan en  unos 4.500.
Tropas legalistas en la Plaza Bolívar de Valencia.

VALENCIA EN LOS GRABADOS
LA PRIMERA IMAGEN: Al apenas mirar la primera plana del “Daily Graphic” reconocí la callé que transité por más de treinta años al dirigirme diariamente a mi bufete: se trata del cruce de la Av. Rondón con calle Independencia, apenas a una cuadra de la Plaza Bolívar, lugar donde quedaba lo que los valencianos del siglo XX recordamos como la “Casa Danesa”. 
La barricada legalista, en la Calle Independencia cc Urdaneta.
La primera gráfica es muy parecida a una fotografía que conocemos sobre ese mismo lugar tomada en aquellos días, pero no es igual.   Evidentemente el grabado es inspirado en otra fotografía distinta.  La leyenda dice:  “Una barricada en Valencia” y se observa, junto a las bellas casonas que perduraron hasta hace pocos años a  un grupo de quince sujetos, dos de ellos parecen ser unos niños, algunos con ponchos o mantas, quizás en actitud de estar teniendo frío, o protegiéndose todavía de una reciente lluvia, y el suelo mojado.  Casi todos se ven armados de fusiles, muchos descalzos y con aspectos de ser miembros de la tropa, a excepción  de un hombre que está al lado del cañón, calzado de botas y aparentemente bien vestido, quizás un oficial.  En la barricada está un cañón, que apunta en dirección hacia el Norte, y junto a él, algo que parecen unos rieles, que curiosamente no se ven en la fotografía captada en ese mismo lugar y tiempo. La imagen la completa un farolito en la esquina, quizás de carburo o kerosén. Curiosamente en la fotografía tampoco se distingue el farolito.  Quizás el cañón, los rieles y el farol sean producto de una licencia artística del dibujante que recordaba haber visto esas cosas en otras partes de la ciudad.
La fotografía, en el mismo lugar y época del grabado del diario birtánico.
En la foto de Fernando Wampetchs la esquina donde estuvo la barricada legalista hace 125 años.

LA SEGUNDA IMAGEN: La segunda imagen tiene como leyenda; “El General Mora, el líder de los Legalistas y algunos de sus adherentes en Las Trincheras”.
El grabado que presenta al general Mora y su gente.
 Y nos presenta a un grupo de unos ventisiete hombres, aparentemente soldados, algunos armados de fusiles. Unos de pié y otros sentados en el piso.  Algunos  tienen aspecto de ser la tropa rasa, de alpargata o descalzos, pantalones arremangados, viejos sombreros y fusil.  Hay otros,   que pudieran ser oficiales, mejor vestidos y calzados con zapatos, no llevan fusiles y posan mas bien como caballeros.   Del grupo distingue uno: es un hombre negro, es el único sentado en una silla, con botas de montar y un sable, posiblemente lo que se distingue en el lado izquierdo de su cadera sea un revólver de largo cañón. Indudablemente es a quien se señala como “el general Mora”.
El gral José Felix Mora.

¿Y QUIEN FUE EL GENERAL MORA?
El Gral. José Félix Mora  es hijo de Gral. Juan José Mora, héroe de la guerra de independencia y quien le da el nombre al municipio de la costa carabobeña.  Oriundo de la población de Borburata, según unos y de Morón según otros.  Abrazó la causa de los liberales amarillos desde muy joven, incorporándose a las luchas armadas, participando en diversas acciones militares en Puerto Cabello y la zona centro-norte del país. Su verdadera relevancia como militar y político la adquiere con el triunfo de la  revolución legalista del Gral. Joaquín Crespo en  1892. El Gral. Mora había luchado a favor de la causa de Crespo desde el principio, operaba en la costa carabobeña, en los pueblos de Puerto Cabello, Morón y Urama en donde atacaba constantemente a las autoridades gubernamentales con el método de las guerrillas.  En Agosto de ese año Mora, junto con el valiente general valenciano Antonio Paredes y el gral. Vallenilla toma la ciudad de Valencia por ordenes del general Crespo, quien a los pocos días entra triunfante en la ciudad.  Luego Crespo le ordena tomar Puerto Cabello, lo que logra Mora,  logrando un control total de los legalistas en Carabobo.  Después del triunfo legalista, el Presidente Crespo nombra al Gral. José Félix Mora Jefe Civil y Militar de Puerto Cabello, posteriormente lo nombra Presidente del Estado Carabobo (1892-1893).  El nombramiento de Mora no fue bien recibido por la sociedad carabobeña, pues si bien el general era un valiente soldado, era un hombre negro, casi analfabeta, tartamudo, rudo y  de malos modales e inculto.  La crónica reseña que la prensa carabobeña se burlaba frecuentemente de él, con chistes y poesías.  Pese a que era un rudo militar, era de un carácter tolerante y no reprimió nunca  a la prensa, se le oyó decir:  “la democracia es para echar vaina impunemente”.  Años más tarde volvió a ser gobernador, no por nombramiento del presidente sino por elecciones.  No hay registros de abusos o atropellos de su parte en sus tiempos en la gobernación y se le conoce como un gobernante honesto.  Aunque de origen muy humilde e iletrado, era muy pretencioso y se cuenta que De Valencia iba a su hacienda de paltó y levita y pantalón de fantasía. Entre sus obras más importantes como gobernante se señalan: La construcción del antiguo hospital civil de Valencia, restablece la publicación de la Gaceta Oficial de Carabobo y la edita en una imprenta propia, le da el ejecútese al decreto presidencial de fecha 15 de noviembre de 1892 mediante el cual se erige en Universidad el Colegio de primera categoría de la ciudad de Valencia. La Universidad se instaló formalmente en el templo San Francisco el 22 de enero del año siguiente (1893); Durante su gobierno se produce la llegada a Valencia de los reverendos padres salesianos (1894), le correspondió conmemorar el centenario del nacimiento del Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre (1895), estos actos fueron realizados con gran majestuosidad y solemnidad.
Ascenso a general de división al doctor y general Medardo Heraclio Medina.
 
Niños soldados. Imágenes tomadas por el fotoperiodista y militar norteamericano del siglo XIX William Nephew, durante la revolución lealista en Venezuela.

Imágenes tomadas por el fotoperiodista y militar norteamericano del siglo XIX William Nephew, durante la revolución lealista en Venezuela.

Imágenes tomadas por el fotoperiodista y militar norteamericano del siglo XIX William Nephew, durante la revolución lealista en Venezuela.  La cinta blanca en el sombrero es el distintivo de los legalistas.