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domingo, 6 de diciembre de 2020

Nacimientos, Juguetes y Navidades

 


Por

Luis Heraclio Medina Canelón

La fortuna de haber crecido junto a abuelos nacidos en el siglo XIX y el haber tenido padres tradicionales nos permite manejar los recuerdos de épocas muy lejanas que no se encuentran en las crónicas comunes. Entre esos recuerdos están las de las navidades de otros tiempos, con sus nacimientos y juguetes.
LOS NACIMIENTOS


El Nacimiento, o pesebre o belén, como lo llaman en otras latitudes tiene su origen por el siglo XIII y se le atribuye a San Francisco y luego a los padres franciscanos en Italia. De allí se extendió a toda la Europa católica, de donde nos llega traído por nuestros antepasados españoles. Es indudablemente la primera tradición de Navidad que tenemos los venezolanos y los americanos en general.

En tiempos de nuestros abuelos no existía el plástico, los materiales con que se construía el pesebre o nacimiento era el papel de las bolsas de mercado, el cartón o las telas en desuso que se pintaban de colores de la naturaleza. Las delicadas figuras eran de yeso, importadas de Italia, Francia o España. Recuerdo que mi abuela, siguiendo la tradición familiar, fabricaba todos los años una gruta o cueva con una caja de cartón que envolvía con papel de bolsas de mercado (antes las bolsas eran de un papel muy grueso y resistente, siempre de color beige oscuro) y las remataba con alguna pintura para darles ciertos matices.


Me contaba mi abuelo que los árboles del nacimiento los hacían con maticas de maíz: previamente, a finales de noviembre ponían a germinar las semillas en potecitos y ya para la hora de montar el nacimiento eran unas maticas muy bonitas, mucho mejor que esas plásticas que se consiguen ahora. Yo he puesto en práctica esta olvidada costumbre para algunos nacimientos, pero generalmente cuando me acuerdo ya está entrado diciembre y no da tiempo para que crezcan lo suficiente las matas. También recuerdo del nacimiento de la abuela unas nubes azules y blancas hechas con algún tipo de textil o algodón que no he visto mas nunca. Le daban un aspecto muy bonito al cielo del nacimiento. Generalmente de dentro de esas nubes se asomaba algún ángel y una estrella fabricada en casa, con el aluminio de alguna lata de leche.

El arbolito en los tiempos de los abuelos no existía. Debió llegar con la influencia norteamericana, seguramente después de la segunda guerra mundial, en los cuarenta, o quizás un poco antes con la presencia de las industrias petroleras, los automercados y los centros comerciales. Por eso me parece poco preciso hablar de el "tradicional arbolito", cuando muy bello y todo, pero no es algo de una larga tradición, históricamente hablando, es una novedad, cuando mucho de dos generaciones atrás, por oposición al nacimiento que entre nosotros tiene unos quinientos años.
LA CONSERVACION DE LAS HAYACAS

Otro detalle de los tiempos de nuestros padres y abuelos que me llamaba mucho la atención es la conservación de las hayacas. En Venezuela se popularizaron las neveras o refrigeradores en tiempos relativamente modernos, creo que poco más o menos a partir de los cuarenta, quizás llegaron con los arbolitos. Mis padres me contaban que cuando ellos eran niños no había neveras y fueron una tremenda novedad cuando aparecieron. A las primeras neveras se les llamaba "Frigidare", que era el nombre de la primera marca que llegó y la gente llamó así a todos los refrigeradores que llegaban, cualquiera fuera su marca.

A todas las neveras las llamaban
"frigidare"

Pues bien, antes de esa época no había refrigeración en las casas; entonces las hayacas preparadas en diferentes fechas, según la costumbre de cada familia, algunas a principios de diciembre y otros hasta el mismo 24, eran hervidas todos los días, para poder preservarlas. Esta casi-pasteurización, unida con ciertas propiedades de la hoja de plátano permitían conservar el delicioso pastel de maíz por muchísimos días. Igualmente los dulces eran conservados naturalmente por el efecto del almíbar de azúcar o papelón y no necesitaban la refrigeración.


LOS REGALOS

En los tiempos de los abuelos y nuestros padres quienes traían los regalos a los niños no era el Niño Jesús, como ocurre en la actualidad, sino Los Tres Reyes Magos, el 6 de Enero, como todavía se acostumbra en Europa. El secreto y la ilusión consecuente eran rigurosos. Se hacía la carta que se ponía junto al nacimiento en los zapatos que se habían dejado relucientes para la ocasión... y a esperar. Existía la amenaza de que a los niños que no se habían portado bien los Reyes no le traerían los juguetes sino una caja llena de carbón u otra cosa peor…No se si esta terrible sanción se llegó a producir, pero a mis viejos y tíos no les llegó a pasar nunca, afortunadamente.

No obstante, según me contaba mi mamá, para el día de Navidad el Niño Jesús se hacía presente con unos pequeños regalos, en su caso eran todos los años: un bolívar de plata, un huevo de gallina y no recuerdo bien, pero creo que también traía algo de fruta. Hay una anécdota en la familia, que cuenta mi mamá, que siendo una pequeña inocente, una noche de Reyes se despertó y con mucho miedo fue hasta el nacimiento a ver si Melchor, Gaspar y Baltazar habían dejado sus regalos. Cuando sigilosamente llegó hasta la sala vio a tres sujetos, de espaldas, de coloridas capas que estaban arrodillados frente al pesebre. Llena de miedo corrió hasta su cama. O era un un sueño de la niña o descubrió a sus tías poniendo los regalos y por la tensión su imaginación las transformó en Reyes. Sea que sea, hasta sus últimos días mantenía que ese recuerdo era muy vivo.

Los regalos los traían los reyes magos, no el Niño Jesús.

En cuanto a los juguetes, eran mucho más que los ya tan cacareados "tradicionales" de los cuales no vamos a escribir. Tanto nuestros padres como nuestros abuelos contaron con maravillosos juguetes que nada tienen que envidiarle a los de hoy en día, más aún eran superiores ya que estaban construidos con metal, madera, cerámicas y otros materiales altamente duraderos. Caballitos de madera donde se montaban los más pequeños comandando batallones imaginarios, soldaditos de plomo bellamente pintados en colores brillantes, rifles, revólveres y espadas, casi indestructibles en hierro y madera, carretas con sus caballitos a cuerda, de latón o hierro, y los zancos para los más grandecitos fueron los juguetes comunes de nuestros abuelos; y las abuelas tenían bellas muñecas de porcelana y tela europeas, así como las corrientes de trapo, con sus lujosos vestidos y juegos de té o café en porcelana verdadera.


Una generación mas adelante, mi papá recordaba juguetes más complejos, ya con algo de tecnología: añoraba el "Meccano", algo parecido al moderno Lego, de puro metal, pero con ruedas, tuercas, tornillos y platinas agujeradas, con el que construía aeroplanos, grúas, coches y mil cosas. También me hablaba de un barquito de latón al que se alimentaba con kerosene o gasolina y hacía combustión propulsando al juguete. Por supuesto que los reglamentos internacionales que hoy en día existen no permitirían muchos de esos juguetes por ser considerados peligrosos, bien por los materiales de los que están construidos o por sus formas. Hoy es impensable un juguete fabricado con el nocivo plomo o que use propulsión de algún combustible.


Mi generación todavía conoció buenos juguetes, pero a nosotros si nos los traía el Niño Jesús, aunque los Reyes siempre se presentaban con alguna ñapa. Los nuestros fueron los originales Mattel, made in USA, de alta resistencia y calidad, provenientes Sears o tiendas similares. Todavía en mis tiempos muchos eran fabricados en metal. Aun están por allí un fusil M-1 y un Colt 45 de fulminantes, con unos de 50 años de antigüedad, me aguantaron a mí y sobrevivieron a mis hijos. Eran cargados con algo como unas serpentinas de un detonante que hacían las delicias de los pequeños vaqueros o guerreros que éramos de muchachos. Hacíamos inmensas partidas entre primos y vecinos y jugábamos nuestras guerras de mentira, nuestros favoritos eran los juguetes bélicos y somos hoy profesionales y padres de familia sin tacha alguna. La prohibición de los juguetes bélicos es una necedad, una de esas tonterías impuestas por ciertos grupos de opinión a los cuales prefiero no referirme.

Somos la generación del primer G-Joe, algo así como un abuelo del Max Stell que vino muchos años después, que se transformaba de marine de Vietnam a soldado de la segunda guerra mundial o vaquero según las ropas o accesorios que venían por separado. También los batijuguetes: el baticinturón, el batiboomerang, y otro montón de baticosas, que hicieron furor en los tiempos de Batman y Robin. Recuerdo el maravilloso "Fuerte Apache" con la empalizada, la casa, el batallón de caballería y los indios.


Al Niño Jesús nunca le faltó entre tanto juguete un libro: gran formato, y muchas imágenes, siempre con temas atractivos para nuestros gustos: el espacio, dinosaurios, perros o caballos, carros, etc. Eso nos incentivó la lectura desde pequeños.

Al ser nosotros la generación que se maravilló con la llegada del hombre a la luna, estrenamos a los astronautas de Mattel: el mayor Mason y sus compañeros de la estación lunar, hasta un marciano verde venía entre esos. Recuerdo también el “Terror Marciano”, una fábrica de monstruos que uno mismo diseñaba con unas hormas  de cuerpos, cabezas y patas que se fabricaban en el molde con un plástico líquido llamado ”plastigut” que luego se horneaban en el hornito que también vendían  y nos permitía fabricar a nuestro gusto docenas de distintos bichos.

Mas grandecitos, el Niño Jesús se preocupó de buscar el juguete instructivo y llegaron el Laboratorio de Química, que nos hizo científicos y científicos-locos en alguna otra ocasión, causando pequeñas explosiones en los tubos de ensayo, el microscopio que nos abrió el micro mundo a nuestros ojos y nos interesó por la biología, y el telescopio con el que explorábamos la luna y las estrellas. y el laboratorio de electricidad, que llevó a que mi hermano llegara hasta profesor de ingeniería eléctrica en institutos universitarios.


Han pasado muchos años. Ya a muchos niños no los visitan a los niños ni el Niño Jesús ni los Reyes Magos; la magia de la ilusión va siendo sustituida por una impersonal y fría visita al centro comercial. Las batallas entre primos y amiguitos que protagonizaron con sus arsenales de utilería mis abuelos, mi padre y yo mismo con mi hermano y mis primos, ya hoy cincuentones, en cualquier campo, patio o solar vacío difícilmente podrán disfrutarla los hijos de mis hijos. Las niñas actuales no conocen una verdadera taza de porcelana en miniatura. Un teclado y un "joystick" hipnotizadores son los dueños de los nuevos tiempos. Creo que esta es una de esas ocasiones donde se puede decir que todo tiempo pasado fue mejor.






jueves, 19 de noviembre de 2020

La esclavitud prehispánica

 

La esclavitud prehispánica



Luis Heraclio Medina Canelón

Los propagadores de la llamada “leyenda negra” de la conquista han querido hacer ver que estas tierras de lo que se ha llamado “el nuevo mundo” antes de que llegaran los conquistadores eran el paraíso terrenal, un lugar de armonía, paz, libertad y progreso, el hogar  del “buen salvaje” donde no se conocían la guerra, la  violencia o la esclavitud, y todos eran inocentes y felices; pero nada más alejado de la  realidad, ya que lo que ahora llamamos América era una tierra de caos, en guerras de invasión, exterminio y genocidios permanentes y con la esclavitud campeando de norte a sur. Los propagadores de la mentira y del engaño quieren insertar en la mente de los que no conocen la historia que la esclavitud fue traída por los conquistadores, cuando lo cierto es que los diversos pueblos indígenas la habían practicado desde tiempos inmemoriales.

Tenemos diversas fuentes que nos hablan de la esclavitud americana antes de 1492, tanto escritos por conquistadores, mestizos y misioneros contemporáneos con el descubrimiento, que conocieron  directamente las realidades de los pueblos indígenas, como los propios  registros indígenas,  los llamados  “lienzos” y “codex” que eran como “comics” o “muñequitos” dibujados en cueros o ciertos tipos de papeles vegetales, con los que por medio de  dibujos relataban su historia. Muchos de estos han sobrevivido al tiempo.

Familia esclavizada por los mexicas (aztecas)

Mexicas, Tlaxaltecas y Totonacas

Empezando por el norte, los distintos pueblos de lo que hoy es México, los mexicas o aztecas, y sus acérrimos enemigos, los tlaxcaltecas y los totonacas tenían esclavos, traficaban con esclavos y esclavizaban a sus enemigos. Particularmente los mexicas solían invadir a los pueblos vecinos para obtener esclavos  para el trabajo  y víctimas para ser sacrificadas y luego ser comidos. 

El personaje histórico femenino más importante de la época de la conquista fue precisamente una esclava: Malinche, llamada también Malintzin o doña Marina, la amante y traductora de Hernán Cortés. Había sido una esclava, vendida y revendida entre diversas  tribus, hasta que finalmente logró  la  libertad, luego de que sus dueños la regalaron junto a otras esclavas a Cortés,  quien la hizo su mujer y la sacó de la esclavitud, le regaló tierras y le dio estatus de “doña”. 

La esclavitud en estos pueblos tenía diversos orígenes:  podían ser que los padres vendieran a sus hijos, que la esclavitud fuera impuesta como un castigo por la comisión de un delito, o hasta una manera de saldar deudas o producto de la guerra. Cuando hablamos de esclavos de los mexicas (aztecas) no nos referimos solamente a la repugnante práctica de hacer sacrificios humanos, sino a someter a alguien a la privación de la libertad para trabajar para el otro. La mayoría de quienes se encargaban de las labores del campo y las canteras, el acarreo de las piedras para la construcción como si fueran bestias de carga, así como del trabajo doméstico eran los esclavos, eran muchísima la gente reducida a la esclavitud.

El historiador mexicano-hispano Carlos Bosh García en “La esclavitud prehispánica en los Aztecas” (1944) nos dice:

“El esclavo podía ser utilizado de muchas maneras como una riqueza de su dueño. En primer lugar, los esclavos se entregan para el pago de los tributos debidos al estado. El pueblo de Terupan, que estaba sujeto a Moctezuma, tributaba, entre otras cosas, una cierta cantidad de esclavos. Hay casos en que no pudiendo pagar una persona sus tributos, entraba en esclavitud y el estado la vendía para cobrarse la deuda; aquí el esclavo sirve indirectamente para pagar los tributos.”

Los mexicas y sus sacrificios humanos.

Los aztecas, como es sabido de todos, sacrificaban a gran cantidad de personas en sus rituales paganos, muchos de ellos eran prisioneros de guerra, pero también compraban esclavos especialmente para el sacrificio. A la hora de ser sacrificados no se salvaban ni mujeres ni niños.  Volvemos a citar a Bosh García;

“En Cuautitlán, en una de las fiestas que hacían los indios, tenían por costumbre degollar

a dos mujeres esclavas. Los mercaderes, en su fiesta en honor de los dioses de la sal, sacrificaban esclavos que compraban para este propósito. Cuando el maíz estaba ya crecido, se sacrificaban al dios Tláloc cuatro niños esclavos…”

Pero no sólo eran los aztecas, tlaxcaltecas y los totonacas, quienes tenían a otros indígenas como esclavos, un poquito más al sur, los mayas hacían lo mismo.  El ya citado autor señala:

“Como en los territorios de los aztecas, los mayas también hacían sacrificios. Cuando llegaba la ocasión, compraban esclavos que pagaban entre varias personas y los sacrificaban a los dioses."

La esclavitud presente también en el
mundo maya.

Arawacos y Caribes

Siguiendo más al sur, llegamos a nuestra región del Caribe, habitada básicamente por dos grupos indígenas: los caribes, que venían desde la costa este de Brasil y desde allí se diseminaron por la parte norte de Suramérica y el mar Caribe y los arawacos, establecidos con anterioridad.

Los estudiosos de las sociedades precolombinas sostienen que en lo que hoy es Venezuela los achaguas, que vivían en la región de los llanos, referidos por primera vez por el welser Nicolás Federman guerreaban con sus vecinos para capturar mujeres y niños y tenerlos como esclavos, llamados “macos”; los arawacos en el oriente del país capturaban a sus enemigos caribes para esclavizarlos y comercializarlos con otras tribus. A estos esclavizados productos de las guerras de las tribus se les llamaba “macos”

El profesor Andrés Castro Roldán , de la Universidad de París recuerda:

“Muchos indios se obtuvieron por rescate (compra o trueque), pues la esclavitud

parece haber sido un fenómeno frecuente entre las tribus indígenas del Orinoco,

que trocaban sus prisioneros por hachas y bujerías. Los achaguas, por ejemplo,

se procuraron esclavos entre los quirruvas, mujirris, abanis y pizarvas del Gran

Airico, que eran clanes enemigos”

En cuanto a los pueblos de habla caribe tenemos que las distintas tribus de este dialecto que habitaban por toda la costa (yupas, baris, pemeos, bobures, quiriquires, cumanagotos, pìritus, etc.) eran célebres por practicar el canibalismo y esclavizar y comercializar a sus vecinos. Los “palenques” de habla caribe, ubicados en lo que hoy es Cumaná, también practicaban la esclavitud como castigo.

José de Oviedo y Baños, considerado por muchos el primer historiador de Venezuela y Colombia, nos deja dos referencias con nombres y apellidos de un par de casos de esclavitud:

El primero es el de Francisco Martin, un español que formaba parte de la expedición del welser Alfinger, que al quedar diezmada su partida, y quedando él como único sobreviviente, fue rescatado por una partida de indígenas de la tribu de los xumaras (sur del Lago de Maracaibo y piedemonte andino) quienes luego de tenerlo cautivo lo vendieron o permutaron a otra tribu con la que estuvo viviendo mucho tiempo obligado a fungir de piache.

El otro relato que recoge Oviedo y Baños es el caso del cacique de Macatoa, amigo del welser Felipe de Utre, quien cuando el alemán resultó herido de un lanzazo por los omeguas (enemigos de los macatoas) le regaló un esclavo viejo al médico de la expedición, un empírico llamado Diego de Montes “el Venerable” para que ensayara la intervención quirúrgica que era precisa hacerle al herido para salvarle la vida.  Por supuesto, el esclavo utilizado como “conejillo de indias” perdió la vida, pero De Montes operó satisfactoriamente a Utre, quien se recuperó prontamente:

“Con beneplácito del cacique cogió un indio, el más anciano del pueblo (que debía ser esclavo) y montándolo a caballo con el mismo sayo de armas que tenía Utre, hizo que otro indio por la misma rotura lo hiriese con una lanza semejante a las que utilizaban los omeguas”

Los Incas

El Inca, era el rey sol, dueño de todo
y de todos

Mas al sur todavía encontramos la esclavitud en el imperio inca.  El imperio incaico era la forma más absoluta de gobierno y teocracia. El inca era considerado descendiente del sol y dueño de absolutamente cualquier cosa, todo lo que había bajo el Sol le pertenecía; era una cosa conocida que tenía que ser aceptada por todos. Era un ser divino, absolutamente todo –la tierra, el país, el oro, la plata, los animales, la gente, especialmente todas las mujeres, le pertenecían. Todos sus súbditos tenían que trabajar para él, todos tenían que darle parte de lo que producían. El absolutismo europeo palidecía ante lo absoluto del emperador Inca, a tal punto que sus vasallos no tenían el derecho de mirarle a los ojos, so pena de ser castigados con la muerte. La peculiar forma de esclavismo rotativo que existía en el mundo inca era la llamada “mita”: era obligatorio que todos los varones a partir de los 15 años prestaran su trabajo no remunerado para lo que el Inca dispusiera. La mita no era una esclavitud permanente, era una obligación rotativa, pero si era obligatorio para todos los súbditos, que lo tenían que prestar sin ninguna remuneración, generalmente en duras labores de minería o construcción de obras públicas. Cada comunidad estaba obligada a aportar un número proporcional de estos “mitayos”.

Recientes hallazgos de sacrificios de niños en Peru.

Pero en la parte sur del subcontinente no sólo fueron los Incas, también en la región de la costa pacífica del Perú, antes de ser conquistados por el imperio inca, cerca del año 1400, hubo otra cultura los Chimú, que también practicaban la esclavitud y sacrificaban esclavos, especialmente niños. Recientemente se encontró dos lugares con los cuerpos de unos 350 niños entre 5 y 15 años asesinados ofrecidos a sus deidades por los chimús, a quienes habían apuñalado en el pecho, según se evidencia de los estudios de antropología forense.  La comparación entre los diferentes cráneos ha revelado distintas formas de conformación craneal, lo que sugiere que los niños pertenecían a distintos grupos étnicos y procedían de diferentes regiones geográficas,  por lo que se presume que eran esclavos capturados en guerras tribales.

Esa es la realidad histórica del esclavismo en el continente americano mucho antes de que llegaron los españoles.  Los conquistadores no trajeron nada nuevo.  Así, que cuando le digan que fueron los conquistadores quienes trajeron la esclavitud a América, mándelos a…leer historia.

Fuentes:

Bosh García, Carlos. “La Esclavitud Prehispánica entre los Aztecas” El Colegio de México. Centro de Estudios Históricos.  Fondo de Cultura Económica. México 1944

Castro Roldán, Andrés.”Santiago de las Atalayas: una ciudad de la frontera en el Nuevo Reino de Granada (XVI-XVIII)” Fronteras de la Historia, núm. 12, 2007, pp. 301-339 Instituto Colombiano de Antropología e Historia

Bogotá, Colombia

Oviedo y Baños. Los Belzares. El Tirano Aguirre. Diego de Losada. (Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela) Monte Avila Editores. Biblioteca Popular El Dorado. Caracas 1972

sábado, 10 de octubre de 2020

Francisco Martín, el iniciador del Mestizaje en Venezuela

 


Por

Luis Heraclio Medina Canelón

 

Pero lo que es poco conocido, es que casi simultáneamente (con unos pocos años de diferencia) en nuestras tierras ocurrió un hecho similar: el caso de Francisco Martín.

Francisco Martín era uno de los primeros conquistadores que llegó  a tierras venezolanas.  Aproximadamente en 1529, cuando se encomienda a los banqueros alemanes Welser la conquista de lo que hoy es Venezuela,  se incorporó a las tropas del alemán Ambrosio Alfinger. Martín forma parte de la accidentada expedición de Alfinger, que se inicia en Coro y se adentra mas allá del suroccidente del Lago de Maracaibo, llegando a la parte más oriental de lo que hoy es Colombia, desde donde el conquistador alemán ordena a un grupo de 25 de sus hombres regresar a Coro con un cargamento de oro, pero el grupo pierde el rumbo y van muriendo poco a poco de hambre y enfermedades y por el ataque de los indios. 

Al final sólo quedaban cuatro soldados: Martín, que estaba herido en una pierna y otros tres.  Martín, al estar lesionado queda rezagado de sus compañeros que se internan en los bosques donde desaparecen para siempre. Francisco Martín, ya casi sin fuerzas se abraza de un tronco que flota en el río y se deja llevar, la corriente lo lleva hasta la zona de las vertientes de la Sierra del Norte o La Culata. Sorpresivamente es rescatado por unos indígenas de la región llamada Xumara o Xuruara, la tribu de los pemeos que ven llegar al cadavérico hombre blanco y de barba.

Los indígenas se lo llevan y convive con los xumara un año; lo ponen preso, lo venden a otra tribu vecina, lo esclavizan, aprende su idioma y se adapta a sus costumbres.  Llega a tal su compenetración con los indígenas que lo obligan a hacerse un piache o médico brujo y mas tarde el cacique, llamado Babur, le regala a una de sus hijas para que la tome como su mujer. Con la princesa indígena Martín tuvo dos hijos. Se acostumbra a andar en desnudo como los demás, con plumas y tatuajes, y se gana la confianza de todos a tal grado que se convierte en guerrero de la tribu y llega a ser el jefe de los demás guerreros, logrando victorias en las interminables guerras que sostenían con sus vecinos de otras aldeas.


Ya en 1532, luego de muerto Alfinger, regresaban los restos de la expedición; al acercarse a los territorios de los xumara, el cacique Babur es advertido de la presencia de extraños en el entorno y  le ordena a su yerno Martín que salga con unos guerreros al encuentro de los forasteros. Así Martín les sale al paso, en guayuco, el cuerpo y la cara pintados,  los dientes pintados de negro, con su tocado de plumas, el arco en la mano y la aljava en la espalda con sus flechas.   En un prinicipio no fue reconocido por sus antiguos compañeros,  pero al hablarles en castellano y contarles sus peripecias todos le reconocieron.  

De allí Martín llevó a los españoles hasta su aleda, donde fueron hospedados por unos días hasta que recuperaron fuerzas y luego  emprendieron el viaje hasta Coro, acompañados por Martín y varios indígenas que les mostraron mejores caminos evitando selvas y pantanos.

Martín estuvo un tiempo en Coro, donde prometió abandonar sus costumbres paganas, dejar de hacer brujerías y volver a vivir como un buen cristiano,  pero parece que no soportaba estar alejado de la tribu que lo había adoptado y de su mujer y sus hijos y una noche escapó y para llegar nuevamente con lo que ahora eran los suyos, luego del enorme trayecto entre Coro y la tierra de los xumaras, al Sur del Lago de Maracaibo.  Cierto tiempo después otra partida de conquistadores pasó por la tribu de los xumara y lo obligaron a regresar a la civilización en Coro.  No pasó mucho tiempo para que Martín volviera a escapar para regresar a su familia con la vida de los indígenas.  Y nuevamente los conquistadores lo obligaron a regresar, pero esta vez fue enviado al España.


En España tuvo que testificar en los juicios de residencia seguidos en contra de los welseres, con lo que sus peripecias quedaron registradas en los expedientes legales, gracias a lo cual conocemos hoy su historia registrada detalladamente  para la posterioridad, en los relatos de Juan de Villegas y fray Pedro de Aguado y en los expedientes de los juicios de residencia seguidos por Antonio Navarro (1538), Juan de Frías (1545-1546) y Juan Pérez de Tolosa (1546) a los Welser.

 Este fue uno de los primeros mestizajes producidos en Venezuela, quizás es el primero debidamente documentado.

Luego de varios años, ya viejo,  Francisco Martín regresó de España y se asentó en Santa Fé (hoy Bogotá) donde pasó el resto de sus días, recordando los tiempos en que alguna razón lo halaba poderosamente hacia la tribu de los xumaras.

FUENTES

Hermano Nectario María. “Historia de Venezuela”

Oviedo y Baños, José. “Los Belzares, Tirano Aguirre, Diego de Lozada”Monte Avila Editores. Biblioteca Popular El Dorado. Caracas. 1972

Diccionario Polar de Historia de Venezuela

Rodriguez, Carlos César. “Testimonios Merideños” . Fundación para el Desarrollo Cultural del Estado Mérida. Mérida 2014

lunes, 7 de septiembre de 2020

8 de Septiembre 1777: La Creación de Venezuela

 Por

Luis Heraclio Medina Canelón





Antes de la llegada de nuestros padres fundadores, los conquistadores, las tierras que hoy componen a Venezuela eran un caos sin ley ni organización: no existía ningún imperio, ningún país común, no había ningún tipo de orden o ley.  Las tribus indígenas de cumanagotos, guaiqueríes, caquetíos, taramainas, caribes y tantas otras vivían en una constante guerra de invasión, robo, saqueo, canibalismo, exterminio y genocidio, muy distinto al fantasioso clima de “paraíso terrenal” que algunos quieren pintar. Nunca existió entre estas tribus indígenas  una identidad de ser un pueblo común, porque no lo eran: tenían culturas, creencias, dialectos y costumbres distintas; eran adversarios y enemigos los unos de los otros.

A medida que va avanzando el proceso de conquista se van creando los primeros cuerpos de gobierno: los virreinatos y  las “Gobernaciones”, con autonomía unas de otras; así se establecieron las gobernaciones de Caracas (llamada a veces Venezuela), Cumaná (llamada también Nueva Andalucía), Guayana, Maracaibo, Margarita y Trinidad. Alternativamente estas gobernaciones dependían o bien del Virreinato de Santa Fe de Bogotá o de la Audiencia de Santo Domingo. A veces unas de Bogotá y otras de Santo Domingo.  No conformaban una unidad político territorial. No tenían una única capital, la de unas era Bogotá, la de otras Santo Domingo, no tenían un vínculo político o administrativo que las uniera.



Pero el 8 de Septiembre de 1777 el Rey Carlos III de España dicta una real cédula por medio de la cual se crea la “CAPITANÍA GENERAL DE VENEZUELA” que reúne por primera vez en un solo cuerpo político y bajo un solo mando militar a aquellas seis provincias que antes estaban dispersas y bajo distintos gobiernos.  La real cedula de Carlos III despoja al Virreinato de Nueva Granada de sus provincias de Cumaná, Maracaibo, Margarita Guayana y Trinidad y las incorpora a la de Caracas para crear la nueva capitanía general. Desde entonces Venezuela no será dependiente de ningún virreinato.  Es el verdadero nacimiento de Venezuela como país unido bajo unas mismas autoridades civiles y militares, lo cual será completado unos años después, en 1786 con la creación de la Real Audiencia de Caracas, que terminará rematando la autonomía con concediendo sus propias autoridades judiciales a la Capitanía de Venezuela.

Es tan trascendental la real cédula del 8-9-1777, que en las constituciones de la república, luego de la independencia,  se señala que el territorio nacional “es el de la antigua capitanía general de Venezuela”. Desde aquella fecha se proyecta en el futuro y hasta hoy tan trascendental acto. Nuestro país de hoy, fue formado por aquella Real Cédula de Carlos III.



El primer Gobernador y Capitán General de Venezuela, el primer gobernante de todo nuestro país fue Luis de Unzaga y Amézaga, quien venía de desempeñar una brillante gestión en Louisiana, lo que hoy es Estados Unidos.  Allí se destacó por ser un colaborador de los independentistas norteamericanos, a quienes apoyó con armas e insumos.  Luego recibe la orden de abandonar Nueva Orleans y venir a organizar la nueva capitanía General de Venezuela.  Unzaga es un personaje casi desconocido para la mayoría de los venezolanos, pero podríamos decir que fue nuestro primer jefe político, el hombre que le dio forma y organización a aquella naciente Venezuela; ejerció su cargo entre  1777 y 1782, siendo el primer gobernante que ejerce su autoridad lo mismo en Los Andes, que en el Orinoco, en Maracaibo o en Margarita, en Valencia o en Cumaná. 



Por su parte, durante el reinado de Carlos III, y en el de sus sucesores de la dinastía de los Borbón, se llevaron a cabo  una serie de reformas conocidas como las “reformas borbónicas” que unificaban la administración y fueron dando forma a Venezuela, entre ellas podemos mencionar la centralización del poder militar en el capitán general, la supresión de la antigua prerrogativa de los alcaldes de suceder a los gobernadores cuando estos faltaran, la creación de la Real Audiencia de Caracas, máxima autoridad judicial de Venezuela, la Real Cédula de “Gracias al Sacar” dictada por Carlos IV, sucesor de Carlos III, por medio de la cual los pardos, por medio del pago de una cantidad de dinero podía acceder a los privilegios de los blancos, la creación de la Universidad de Caracas y del Seminario de Mérida, de las Academias de Geometría Matemática y Derecho Público y el Colegio de Abogados y finalmente la creación de las “Compañías de Milicias de Blancos”, cuerpo militar de criollos, del cual nacerían unos treinta años después los militares que encabezarían la independencia.

La fecha del 8-9-1777 es un hito fundamental en la historia de Venezuela.  Si el 19 de Abril y el 5 de Julio son las fechas del nacimiento de la Patria, el 8-9-1777 es comparable con la concepción de Venezuela.  Si Bolívar y Miranda son los padres, Carlos III y Luis Unzaga Amézaga son equivalentes a  los tatarabuelos.

FUENTES

Donis, Manuel. “La Partida de Nacimiento Tiene Fecha: 8-9-1777” Instituto de Investigaciones Históricas. El Ucabista.  UCAB. Sala De Prensa.

Nectario María. “Historia de Venezuela”

Océano. Enciclopedia de Venezuela. Océano Grupo Editorial. 2001. Barcelona. España.

Polar, Fundación. Diccionario de Historia de Venezuela

jueves, 23 de julio de 2020

José Cecilio Tinoco, un porteño en la Batalla Naval de Maracaibo





José Cecilio Tinoco, un porteño luchando en Maracaibo
Por
Luis Heraclio Medina Canelón
En nuestro empeño por rescatar la memoria de tantos personajes históricos carabobeños de la gesta de independencia, que casi han sido olvidados,  vamos a aprovechar hoy que se celebra el aniversario del a batalla naval del Lago de Maracaibo para recordar a uno de esos protagonistas de la historia. Se trata de José Cecilio Tinoco Reyna.
Nuestro personaje nació en Puerto Cabello, en 1806. Fue hijo del capitán de artillería republicano Francisco de Paula Tinoco de Castilla y Agreda y la señora Josefa Reyna. El ilustre historiador carabobeño Luis Alfredo Colomine equivoca su nombre y su filiación ya que lo menciona como “José Francisco” y resulta que ninguno de los tres hijos del comandante patriota Tinoco tuvo ese nombre. También incurre Colomine en un error al señalar que nuestro personaje era hijo de la insigne heroína valenciana Josefa Antonia Zavaleta, ya que si bien “la Zavaleta” se casó con el padre de José Cecilio, lo hizo en febrero de 1807, es decir luego del nacimiento del muchacho, cuya madre era Josefa Reyna. No tenemos certeza de si se trataba de un hijo natural o si Tinoco enviudó antes de casarse con la Zavaleta.
Tendría José Cecilio unos seis años al momento de perder a su padre, cuando el 8 de septiembre de 1813 Francisco de Paula Tinoco es alcanzado por una bala de cañón durante el asedio de Puerto Cabello.
Así lo reseñaba la “Gaceta de Caracas”
“Por la tarde la batería de nuestro costado izquierdo, mandada por el comandante de Artillería Francisco de Paula Tinoco, empezó con la batería enemiga de «El Principe», un fuego vigoroso, y que por la nuestra se sostuvo admirablemente.  La audacia con que ha obrado este Jefe ha aterrado sobremanera al enemigo aunque ha sido desgraciada para él mismo que, al acercarse la noche fue derribado al pie de su cañón por una bala de grueso calibre que le hizo morir al cabo de cuatro horas.” 
Parece ser que José Cecilio Tinoco es adoptado por la viuda de su padre, la inolvidable Josefa Zavaleta, que a su vez ha contraído segundas nupcias. Luego de la muerte del comandante TInoco, la familia habría emigrado a Valencia, ciudad natal de Josefa ya que en 1820 el joven José Cecilio acompaña a la heroína cuando por sentencia judicial esta es expulsada de Venezuela al evidenciarse su implicación en un complot contra el gobierno realista de Palbo Morillo.
José Cecilio, también es sobrino de otro militar republicano, el hermano de su padre Manuel María Tinoco, también porteño y apenas diez años mayor que él. Tiene la vocación de militar y en 1823, con apenas 17 años aparece combatiendo en la batalla naval del Lago de Maracaibo a las ordenes del almirante Padilla.
Posteriormente acompañó a las tropas republicanas en la campaña del Sur bajo las ordenes de otro glorioso porteño: el general Bartolomé Salom, participando el la reducción del Callao, el último reducto realista en la América del Sur. Finalmente con la jerarquía de coronel fijó su residencia en Cartagena, Nueva granada, donde falleció en 1856.
FUENTES:
Alcántara Borges, Armando. “Carabobo Sendero de Libertad” Ediciones del Gobierno de Carabobo. 1992
Colomine, Luis Alfredo “Venezuela y Sus Próceres” Caracas, 1974
”Correo del Orinoco” Nro. 69. 1ero de Julio 1820
Morillo, Palbo “Manifiesto que hace a la Nación Española el Teniente General Pablo Morillo” Impreso en Caracas por Don Juan Gutierrez 1820
Robles E. Laura M. “Los Servidores de la Patria Historia de las Pensiones, el Montepío Militar y los Honores que recibieron los Héroes de la Independencia de Venezuela: 1830 – 1858. Caracas 2008

sábado, 30 de mayo de 2020

Un “Tubazo” histórico: El Testamento del Gral. Matías Salazar




Un “Tubazo” histórico: El Testamento del Gral. Matías Salazar
Por

Luis Heraclio Medina Canelón
En estos días, a raíz de la publicación de nuestro artículo sobre la Batalla de Guama y su personaje central, el Gral. Matías Salazar recibí la llamada de un pariente (quien me pidió expresamente no identificarlo) que me manifestaba su agrado por el mencionado escrito. Pero también me sorprendió con una primera noticia: Me informó que él es sobrino-tataranieto del famoso general Salazar, lo cual yo nunca habría imaginado, pero lo mas extraordinario es que el primo tiene el original del testamento que redactó de su puño y letra Matías Salazar horas antes de ser fusilado.
Por supuesto, que en el acto le pedí una copia de tan importante papel, que es la que pueden ver los amigos en este artículo.
El escrito en cuestión, aparte de ser un documento de  valor histórico extraordinario por el mero hecho de quien lo suscribe y la grave oportunidad en la que fue redactado, me ha dado (y creo que a todos nos dará) una nueva o más amplia visión del controvertido personaje.
Aunque sus biógrafos coinciden en que el general Salazar era un hombre de un regular nivel de cultura, y que había trabajado como escribiente jurídico y como maestro, sobre él se había levantado un matiz de típico soldado de montonera, ignorante, muy violento y casi bandido; pues de la mera observación de su última voluntad se evidencia que era un hombre acostumbrado a escribir, con una impecable caligrafía, adecuada redacción y buena ortografía. Resulta dramático ver como inicia la escritura con una evidente serenidad, con el pulso firme, que le permitía hacer una letra impecable, la cual se va deteriorando a medida que escribe y al final del manuscrito, cuando escribe la despedida,  se puede intuir que seguramente ya temblaba su mano al pensar que en pocas horas sería fusilado.
En cuanto al contenido mismo del pliego, su autor se presenta como un hombre religioso, tranquilo porque se ha confesado: “bien confesado” escribe textualmente.  Pide que oren por él y que se manden a decir misas por el descanso de su alma.  Expresamente hace una petición de “las 30 misas de San Gregorio”. Se trata de lo que se llama las “Misas Gregorianas”: Una serie de misas por treinta días consecutivos, sin interrupción, tan pronto sea posible luego del fallecimiento de una persona. Son una costumbre religiosa que data del siglo VI que busca que el difunto, de quien se cree que pueda tener dificultades para ir al cielo, ya que se presume que va a caer en el purgatorio, se pueda encaminar hacia el descanso eterno. De su insistencia en la realización de estas misas, se evidencia que estaba arrepentido de sus los actos de su violenta y turbulenta vida.
 Dice que ha recibido el “biático” (sic). Normalmente se entiende por viático, el sustento que se le entrega al viajero para que se mantenga durante el viaje.  En materia religiosa, se refiere al viaje desde el mundo terreno hacia el más allá: Es la eucaristía que recibe quien está en trance de morir. O sea, que Matías Salazar comulgó y se confesó el día antes de su fusilamiento. Va a morir absuelto de sus pecados confesados, de allí su tranquilidad espiritual. Dice que va a morir “asistido”, o sea, que el sacerdote lo va a acompañar y le ha puesto los Santos Oleos, o Extremaunción, como se decía antiguamente.
Una de las pocas fotografías del Gral. Salazar.
Declara que su único amigo allí es el “padre Gaspar”.  Se refiere al cura párroco de Tinaquillo, Gaspar Yánez, quien cuenta la historia que pidió el perdón a favor del condenado hasta el último momento. Yánez no auxilia a “Matiitas” hasta el lugar de la ejecución: no quiso ir a presenciar la muerte de su viejo amigo y le pidió el favor de asistir al condenado al padre Octaviano González.
Dispone detalladamente de sus bienes: Hace unos particulares legados a parientes y a la iglesia. Regala ganado. Deja dinero para los pobres de solemnidad, “pero que se los den poco a poco”.  Nos llama la atención que lega a la iglesia del Tinaco una imagen grande de la Virgen del Carmen.
También este testamento nos da la idea de que es un hombre bastante familiar.  Trata a su esposa de “Mi queridísima” y le da algunos consejos e instrucciones. En el terrible trance que está viviendo no olvida dejarle un amparo económico a su madre y hermanas, y les lega unas cantidades de dinero efectivo.  
Finaliza pidiéndoles a sus familiares valor y resignación y que recen por él.
Después de la ejecución, que para muchos es más bien un asesinato, los restos del general Salazar fueron enterrados en el cementerio de Tinaquillo, donde permanecieron por varios años. Luego fueron inhumados en la Catedral de Valencia, Capilla del Crucificado, donde permanecían por lo menos hasta principios del siglo XX.
He aquí el texto del testamento (salvo las palabras que no pudimos entender). Posiblemente algunas palabras hayan sido mal interpretadas por nosotros:


Señora Cergia Moreno de Salazar, Carmen Luna y familia
Tinaquillo, mayo 16 1872
Mi queridísima esposa
Te Supongo ya en cuenta que por desgracia he caído prisionero en manos de mis enemigos, pero afortunadamente me he confesado he recibido el biatico y mañana a las ocho de la mañana ya no estaré, pero no se aflijan Ustedes porque me he confesado muy bien y confío, tengo espero morir en gracia de Dios
El Señor me ha concedido lo que le he pedido, lo que es morir asistido, he sido también muy feliz porque he sido tratado_____

En poder del padre Gaspar quedan mis documentos que _____
Reales que tengo en Caracas y otros que el te entregará para _____
Su valor de quince mil pesos, de estos reales me le dará a mis hermanas quinientos pesos y a mi mamá dos mil . A mi cuñado ____ que _____ una goleta que tiene el doctor Sandoval y Pedro ____ y negocie con ellas.
Las novillas de Arauca las regalo a Vicente Hernández.  Tu tienda, tus casas  y el resto de tu dinero es de tu propiedad. La casa de Tinaquillo debes venderla. La imagen grande del Carmen la regalo a la iglesia de Tinaquillo. Denle a padre Gaspar cincuenta pesos para que hágame las treinta misas de San Gregorio regálenle la Virgen del Socorro venticinco pesos y venticinco que de a la de los pobres de solemnidad poco a poco, sea muy desconfiada y viva con su madre o con la mía, aquí no he encontrado mas amigo que el padre Gaspar. Esta ha sido una fortuna que cercado de ballonetas haya podido hacer estas líneas.
Siento no haber tenido el gusto de ver mi estimada familia y mi muy querida madre. Considero que diré de mi corazón que está enferma. Adiós mi Cerpa, Adiós Madre mía, Adiós mis hermanitas, les suplico que tengan valor y resignación
Matías Salazar

Aunque ustedes rezaran mucho por el bien de mi alma yo se los encargo muy encarecidamente. Nada hay mal
Vivan muy bien y  __________ a Dios que es el Único bien posible