EL ASEDIO DE VALENCIA Y ANGELA LAMAS (la heroína olvidada).
En estos días se conmemoran los 203 años del asedio de
Valencia, ocurrido entre el 28 de marzo y el 4 de abril de 1.814.
De este episodio es muy famosa la orden que le dio Bolívar a Urdaneta:
"DEFENDEREIS VALENCIA HASTA MORIR”. Pero generalmente hasta allí llega el
conocimiento común de esta página de la historia; hasta los valencianos
desconocemos los pormenores y los protagonistas, aparte del ya mencionado
general Rafael Urdaneta.
Antes que todo debemos aclarar que durante la guerra de
independencia Valencia sufrió dos asedios distintos, con protagonistas diversos
y también con resultados diferentes.
Ambos fueron en el año de 1.814, el primero fue el que comentaremos
ahora. El otro, conocido por sus
trágicos resultados será tema de otro momento.
URDANETA EN VALENCIA
Tengo la fortuna de haber encontrado en la vieja biblioteca
familiar un libro editado por el gobierno nacional en el año de 1.888,
amarillento y con las hojas quebradizas, titulado "MEMORIAS DEL GENERAL
RAFAEL URDANETA", en el que el protagonista y testigo de excepción de los
hechos nos cuenta los detalles particulares del suceso. Este libro fundamental para el estudio de
nuestra historia se puede encontrar en la web, pero aparentemente no ha sido
reeditado en casi 130 años. Es una
verdadera rareza bibliográfica.
En el año de 1.814 Bolívar había decretado la guerra a
muerte y se produjeron gran cantidad de combates, unos a favor de los
republicanos y otros donde resultaron victoriosos los realistas, se puede decir
que a la victoria de un bando seguía su derrota en un combate siguiente,
ninguno de los contendores presentaba una clara supremacía sobre el otro.
A todas estas los patriotas habían dispuesto en Valencia el
depósito de su parque de armas y otros implementos de guerra, lo que hacía
nuestra ciudad de vital importancia para el esfuerzo de la guerra.
Urdaneta, que con un pequeño contingente se encontraba
sitiado en una situación desventajosa y peligrosa en San Carlos, logra burlar a
los sitiadores y escapar hasta Valencia, vía Macapo y Chirgua, recorriendo
montañas y senderos poco transitados para evitar a las guerrillas realistas. A
todas estas Bolívar también se encuentra rodeado, en San Mateo por las fuerzas
de Bóves, que rodean a los patriotas por todo el centro. Al enterarse de que Urdaneta se encuentra en
Valencia, pero perseguido por las fuerzas monárquicas comandadas por el coronel
Ceballos, gobernador de Coro, es cuando le da la recordada orden:
"Defienda usted Valencia hasta morir, porque en
Valencia están todos los elementos de guerra, si se pierde Valencia, se pierde
la República."
Urdaneta trajo apenas 280 hombres para defender la ciudad, además
tiene la carga de dos hospitales que trajo con gran cantidad de heridos y
enfermos que vinieron con él desde San Carlos.
En Valencia había también unos 180 combatientes. Con tan exigua fuerza al general zuliano no
le queda más remedio que organizar la defensa en el centro de la ciudad,
fortificándola con fosos, trincheras y parapetos en las esquinas del centro y
colocando varios cañones en los lugares estratégicos, y en las partes más
exteriores se organizó una fuerza móvil de guerrillas que protegería las casas
de las familias más alejadas del centro.
Urdaneta ordenó levantar barricadas, parapetos y trincheras alrededor del centro de la ciudad. |
Ahora bien, como se ha dicho, en la ciudad estaba el gran
almacén de armas y municiones, por lo que no faltaban los pertrechos, pero la enorme carencia era de medios de
subsistencia: no había comida, la guerra había acabado con todo el ganado a
leguas a la redonda y en cuanto al agua, el río Cabriales, fuente de provisión
del vital líquido, quedaba fuera de los
límites de la ciudad, en una zona que sería dominada por las fuerzas realistas.
Los vegetales, legumbres, granos, etc. venían de la zona del Lago de Valencia,
que aunque en aquellos tiempos quedaba muy cerca, también estaba dominada por
los realistas. Según cuenta el propio Urdaneta en sus "Memorias", no
quedó más remedio que sacrificar a todos los burros y las mulas que había en la
ciudad, para salarlos y alimentarse con los mismos mientras durara el
asedio. Otro autor dice que no quedó ni
gato ni perro vivo en la ciudad, que también fueron parte de la alimentación de la población que se quedó,
porque muchos escaparon hacia Puerto Cabello.
VALENCIA SITIADA
Los realistas, comandados por el gobernador de Coro, coronel
José Ceballos, rodearon a Valencia por los cuatro costados con una fuerza de
unos cuatro mil hombres, entre caballería e infantería. La ventaja numérica de
los realistas era abrumadora: Una
relación de 4000 soldados de infantería y caballería contra unos 300
combatientes efectivos que tenían los patriotas. Una proporción de más de trece soldados realistas por cada patriota que defendía a Valencia. Los batallones realistas eran el Granada, el
Numancia y Sagunto (conformado casi exclusivamente por llaneros venezolanos de
Barinas, Barquisimeto y Maracaibo) y una tropa de corianos realistas. Los otros
comandantes monárquicos eran el coronel Sebastián de la Calzada, el comandante Carlos Miguel Salomón, Reyes
Vargas (un indio venezolano), Torrellas y el mulato Remigio Ramos. Se envió un pliego a Urdaneta, exigiéndole la
rendición de la ciudad y este, verbalmente les respondió a los emisarios de
Ceballos que su respuesta la darían los cañones.
Las tropas realistas que asediaban a Valencia estaban conformadas mayormente por venezolanos partidarios del rey, especialmente llaneros de Barinas, marabinos, barquisimetanos y corianos. |
Por parte de los patriotas, aparte del
general Urdaneta, otros nombres que no se mencionan en las lecturas
tradicionales y que no debemos olvidar son el coronel Juan Escalona, gobernador
militar de la ciudad, en cuyo honor hoy existe una calle en el centro de la
ciudad, el coronel Taborda, jefe de artillería, el gral. Joaquín Ricaurte,
neogranadino, a quien no se debe confundir con Antonio Ricaurte, el mártir de
San Mateo, el cnel. Florencio Palacios, y el gobernador civil era el dr.
Francisco Espejo, el capitán Espinosa, de caballería, el capitán Sanz, también
muchos oficiales enfermos o heridos y otros convalecientes.
Juan Escalona y Joaquín Ricaurte, dos de los oficiales que defendieron a Valencia del asedio junto a Urdaneta. |
Croquis del asedio: al final apenas se resistía en las trincheras alrededor de la Plaza Mayor. |
Los ataques se iniciaron el día 28 de marzo, logrando los
realistas que los patriotas se replegaran hasta sus trincheras en el centro, a
unas pocas cuadras alrededor de la plaza mayor. Se empezó a sentir la falta de
agua y se organizaban partidas que trataban de bajar hasta el río Cabriales,
pero muchas veces resultaban muertos o tenían que retroceder. La situación era
tan crítica que hasta escaseaban los envases para contener el agua porque
muchos se perdieron en las incursiones hasta el río en búsqueda del
líquido. Por cinco días los realistas especialmente
con su infantería coriana, atacaron las
defensas de la ciudad, imposibilitando la salida de nadie. Los defensores estaban
exhaustos, sin agua y casi sin comida.
La situación era desesperada y no había como recibir noticias de algún
apoyo exterior. Urdaneta se reúne
entonces con los oficiales y les ordena la última medida extrema: que de producirse el asalto final, replegarse
hasta el arsenal y hacerlo volar para evitar que caiga en manos del enemigo.
Los sitiados resistían heróicamente día y noche las embestidas de las tropas realistas que atacaban por los cuatro costados. |
Para el sexto día (2 de abril) los realistas inician un
ataque general, principalmente ahora por el batallón Granada que trata de tomar
una de las calles defendidas por un cañón y 12 fusileros, desesperadamente se
envían dos partidas de refuerzo que rompiendo las paredes de las casas
contiguas pueden llegar al sitio y hacen replegar a los atacantes, lo que no
impidió a los realistas llegar hasta el templo de San Francisco, donde robaron
las joyas de la iglesia. Al finalizar el
día los realistas tienen que retirarse dejando el suelo regado de cadáveres.
Pero ya la situación era extrema, las bajas de los patriotas
alcanzaban a más de la mitad de los combatientes y los que quedaban en pié
estaban exhaustos por la sed. Urdaneta ordena hacer excavaciones en el suelo
para tratar de encontrar agua, pero recordemos que el Cabriales está a un nivel
mucho más bajo que el centro de la ciudad, por lo que si hubiere alguna fuente
de agua seguramente estará a mucha profundidad. Al fin, un capitán de nombre Miguel
Borrás logra hacer un pozo que parece empezar a filtrar, lo que trajo ánimo a
los sitiados. Algunos vecinos, víctima de la desesperación optaron por beber
los licores que quedaban en la ciudad, con las fatales consecuencias. Otros trataron de buscar agua en el río,
cayendo en poder de los monárquicos.
La mitad de las tropas patriotas cayeron heridos o muertos durante el asedio |
Tarde en la noche del 3 de abril se presenta ante Urdaneta
una mujer que le dice que desesperada había ido al río a beber agua, y había
sido capturada por los españoles, de quienes pudo escapar en un descuido, pero
que había visto llegar a Boves con unos 2000 hombres, pero que venía derrotado
luego de enfrentar a Bolívar, quien lo perseguía. Igualmente escuchó que los realistas apurarían el asalto para la
madrugada, antes de que pudiera llegar Bolívar a rescatar la ciudad.
Sentimientos contrarios embargaron a los defensores; por un lado la alegría de
saber la derrota de Boves y la proximidad de Bolívar, por la otra, la angustia
del inminente ataque. Esa misma noche
empezó a brotar algo de agua de la excavación del capitán Borrás y algunos
vecinos habían podido traer algunas botellas de agua del río. Amaneció por fin
sin que se produjera el asalto y a eso de las siete de la mañana se observó que
los realistas se formaban en la zona de El Morro y ordenadamente se fueron
retirando hacia los lados de Bajos de Guataparo, en la vía de Tocuyito,
mientras los asediados, ya entusiasmados los cañoneaban sin mayores resultados.
Bolívar, que venía por Los Guayos, luego de atravesar el Lago de Valencia desde
Guigue, envió a una emisaria (una india según recuerda en sus memorias
Urdaneta) a informarle al general zuliano que ya se encontraban cerca y en la
tarde ya estaban en la ciudad.
ANGELA LAMAS, LA HEROÍNA OLVIDADA
Angela Lamas, mencionada de manera excepcional por el general Rafael Urdaneta en sus "Memorias" por su importante actuación durante el asedio, en el que murió heróicamente. |
Al final, los patriotas tuvieron unos doscientos soldados
muertos, entre quienes se encuentra el capitán Sanz.
También murió una heroína civil, mencionada por el teniente
Austria, citado a su vez por Urdaneta (Memorias pag. 95), la señora Ángela
Lamas:
"...los horrores de aquel sitio, en el cual perdieron
los independientes sobre 200 hombres, entre muertos y heridos, siendo de los
primeros la señora Ángela Lamas, que junto con otras de su sexo prestó
importantes servicios a los defensores de la plaza..."
No conocemos a ciencia cierta cuál fue la participación
concreta de Ángela Lamas en los días del sitio de Valencia. Quizás tomó las armas para combatir o quizás
socorrió heridos y enfermos. Lo cierto
es que su actuar fue de tal magnitud que para Urdaneta sólo merecieron recordar
con nombre y apellido a dos de las víctimas de esa jornada, y uno de ellos es
esta mujer. Esta heroína civil valenciana de la guerra de independencia ha sido
injustamente olvidada, como tantos personajes a quienes debemos reivindicar su
justo lugar en nuestra historia. Sirva
este humilde recordatorio para iniciar el rescate de su memoria.
Excelente relato amigo, cargado de historias y anecdotas desconocidas por los valencianos de hoy dia,un gran aporte para los amantes de la historia de mi querida ciudad natal. Atte. Simeòn Perez.
ResponderBorrarGracias, contentos de que te haya gustado. Seguimos rescatando la historia oculta de nuestra querida Valencia. Síguenos en nuestro blog¡
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