Santos Matute Gómez, lugarteniente y primo de Juan Vicente Gómez, presidente del estado Carabobo. |
Pasquín antigomecista de 1933, posiblemente uno idéntico a este fue el que se le incautó a Joaquín Mariño. |
Imagen actual de los sótanos de la casa Páez, donde fue torturado y asesinado Joaquín Mariño. |
SE DESENMASCARA A LOS ESBIRROS Pero en lo mas tarde de la madrugada, los dos policías que montaban guardia fueron convidados a tomar café, lo que fue aprovechado por una dama de la familia de nombre Eladia Pelayo, junto con otros parientes, destaparon la urna y revisaron el cadáver, constatando horrorizados las terribles torturas y amputaciones que presentaba, lo que evidenciaba que se trataba de un cruel homicidio y no un suicidio. Según el credo católico, quien comete suicidio, muere en pecado mortal y por lo tanto le corresponden los ritos religiosos, y el gobernador Santos Matute Gómez así se lo “recordó” al obispo de la ciudad Mons. Salvador Montes de Oca, para que la iglesia se abstuviera de celebrarle ritos religiosos al difunto, y de esta manera se corroborara la historia del suicidio, pero sucede que Montes de Oca, conocía las causas reales de la muerte de Mariño, así mismo, era amigo de la familia y conocía personalmente al difunto, de quien daba fe de sus creencias cristianas, aparte de que monseñor era adversario de la dictadura, con la que ya había tenido anteriormente serias discrepancias. Entonces, el obispo, mas que aceptar que cualquier cura celebrara un simple rito religioso de entierro normal y corriente, dispuso que él mismo, como obispo celebraría el funeral de cuerpo presente de Mariño con la mayor pompa luctuosa, desenmascarando la falsa versión oficial de los hechos.
Monseñor Salvador Montes de Oca, el sacerdote caroreño, obispo de Valencia, que se enfrentó reiteradamente al régimen de Gómez |
LA DICTADURA REACCIONA. La masiva manifestación de repudio al crimen de Joaquín Mariño realizada por la sociedad valenciana, con su obispo a la cabeza, molestó mucho al gobierno dictatorial, poco acostumbrado a ver desafíos colectivos tan grandes. Particularmente el obispo de Valencia era una personalidad bastante incómoda para la tiranía y ya una vez había sido expulsado del país. Al poco tiempo del entierro de Joaquin Mariño, se tramó una conspiración entre el nuncio apostólico, quien era muy simpatizante de la dictadura y ciertos curas enemigos de Montes de Oca para alejarlo de su obispado y llevarlo a un procedimiento disciplinario en Europa, donde se le obliga a renunciar a su alta investidura. Abatido y entristecido Montes de Oca decidió internarse en un monasterio en Italia, como un simple monje. Allí lo sorprende la segunda guerra mundial, y en septiembre de 1944, una vez más, pone su vida en peligro al socorrer a unos patriotas italianos que escapaban de las SS. El obispo valenciano, oriundo de Carora, es descubierto, es capturado por los nazis y a los pocos días es fusilado. Por eso es conocido como el “Obispo Mártir de Valencia”
Cuarto de tortura en los sótanos de la Casa Páez en Valencia, para esos tiempos, cuartel de la policía. |
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