LOS ARCHIVOS SECRETOS DE LA SEGURIDAD NACIONAL
Por
Luis Heraclio Medina C.
La Seguridad Nacional fue la primera policía verdaderamente
técnica que se creó en el país. Fue con la S.N. que se iniciaron los
procedimientos profesionales de fichaje, peritaje, fotografía, dactiloscopia,
auditorías y archivo. Especialmente este
departamento era llevado con las técnicas más modernas conocidas en la época,
con el mayor cuidado de llevar el más minucioso registro de los criminales
comunes y los subversivos.
El moderno archivo central de la Seguridad Nacional. |
En la S.N. se crearon departamentos o brigadas
especializadas, tales como la Social, para los delitos comunes, antecesora de
la PTJ, y la tristemente célebre Brigada
Política, que le dio mala fama, cuya función era perseguir a los adversarios
políticos del gobierno, es decir a socialdemócratas (adecos) y socialistas
marxistas (comunistas).
La S.N. contó con la asesoría de organismos de seguridad del
exterior, tales como la Scotland Yard, de Inglaterra, la C.I.A., el F.B.I., el
departamento de Policía de la ciudad de Nueva York y la Policía Federal de
México, entre otros.
Inspectores de Scotland Yard, en Caracas, se entrevistan con el director de SN Pedro Estrada para asesoría técnica. |
A raíz del golpe militar del 23 de enero de 1958, luego de
que Pérez Jiménez huyó del país, una turba de militantes de Acción Democrática
y del Partido Comunista de Venezuela tomaron por asalto la sede de la S.N. y
procedieron a incendiarla, especialmente sus departamentos de archivos, los
cuales fueron totalmente destruidos.
¿Pero por qué se ensañaron tanto los incendiarios en acabar
con todo rastro de los archivos de la Seguridad?
Pues la respuesta es obvia:
Allí figuraban, pormenorizadamente, todas las listas de los llamados
“topos”, es decir, los miembros de la “resistencia adeca u comunista” que
habían sido captados por la Seguridad para trabajar como dobles agentes, que
infiltrados en las filas de los partidos enemigos del gobierno entregaban a la
Brigada Política una información detallada de las actividades subversivas de
sus compañeros. Igualmente figuraban en
esos archivos las nóminas de los jugosos pagos recibidos por los “compañeros” y
“camaradas” con lo que el gobierno pagaba la traición de estos infiltrados. Esta
es una práctica común en toda policía política para combatir a la
subversión. Se hizo ayer, primero con la
SN, luego con la DIGEPOL y la DISIP y se hace hoy y se hará mañana.
Una de las mejores piezas de nuestra colección: Placa de la SN. |
Fue gracias a esta penetración de las redes de los enemigos
del gobierno que la SN pudo ubicar, detener y neutralizar a importantes
miembros de la resistencia.
Habría sido gravísimo para muchos dirigentes de AD y algunos
del PCV que la información de estos confidentes y sus gratificaciones salieran
a la luz pública, por lo que se les hizo imperativo ordenar a sus militantes la
destrucción de estos archivos, como efectivamente lo hicieron en la primera
oportunidad que se presentó.
Pedro Estrada entrega un reconocimiento al mejor alumno de un curso de detectives (cortesía de Helly Angel) |
Ahora bien, pocos días antes del golpe de estado, Pedro Estrada,
el director de la Seguridad Nacional, renunció al cargo y se fue del país. Pero tuvo la previsión de llevarse una
especie de “seguro”: Estrada llevó consigo una enorme cantidad de copias de los
archivos de la S.N. donde figuraban situaciones muy incómodas o comprometedoras
para algunos dirigentes políticos. Si el
gobierno trataba de extraditarlo a Venezuela para enjuiciarlo, Estrada daría
publicidad a sus archivos y muchos colaboradores adecos y comunista quedarían
al descubierto. Con esto aseguraba que no lo fueran a molestar el resto de su
vida fuera de Venezuela, como efectivamente ocurrió. Pedro Estrada nunca fue perturbado y vivió
tranquilamente en varias ciudades de Europa hasta su muerte. Muchos de los que
figuraban en esos archivos tenían en los nuevos tiempos importantes cargos en
la administración pública o en el congreso.
Luego del fallecimiento de Pedro Estrada, cundió cierto
nerviosismo entre ciertos militantes de AD, ya que se desconocía cuál sería el
paradero de los archivos comprometedores de la S.N., hasta que pudieron
contactar a los familiares del viejo policía y por una suma millonaria
compraron los archivos y procedieron a destruirlos para poder dormir en
calma. Su reputación de “luchadores de
la resistencia y por la democracia” había quedado salvada.
El 23 de enero 58 las oficinas de SN fueron incendiadas por hordas de militantes de AD y PCV |
Ahora bien, en nuestra búsqueda de elementos históricos de
primera mano relativos a la S.N., pudimos obtener para nuestra colección, primero
que todo, una placa original de detective de la S.N. Nro. 514, asignada al
detective “Chichí” Méndez de la Brigada Social (Criminalística), uno de los
funcionarios enviados a México por el gobierno de aquella época para
capacitarse en la Policía Federal en
materia de investigación de delincuentes. (no confundir con el agente Isidro
Marrero Méndez, de la Brigada Política, enjuiciado por el homicidio de Pinto
Salinas)
Posteriormente y después de años de investigación y búsqueda,
hemos podido localizar y obtener los originales de una pequeña parte que se
salvó de los archivos secretos de la Seguridad Nacional, lo que hace un
material de extraordinario valor histórico.
Compartimos aquí con nuestros amigos una parte de estos documentos entre los que hay
memorandos, oficios, cartas, informes, cuentas y listados o relaciones de
detenidos, muchos de ellos con el sello de “CONFIDENCIAL”. Tomaremos nuestro tiempo para analizarlos
todos. Aquí una muestra. Lo poco que se salvó de los pirómanos.
Nuevamente muchas gracias profesor.
ResponderBorrarToda una joya