EL PALACIO MUNICIPAL Y ENRIQUE BERNARDO NUÑEZ
por
Luis Heraclio Medina C.
Antes que todo queremos dejar claro que, en
nuestra opinión, destruir el viejo
edificio de la municipalidad sin
construir inmediatamente otra edificación que la sustituyera es algo
totalmente reprochable. Pero recalcamos
que son dos hechos distintos: el primero, la demolición y el segundo, más que
un hecho, una omisión, que es la no construcción de un nuevo edificio que
sustituyera al demolido. Son dos cosas distintas, que aunque vinculadas, deben
ser analizadas por separado.
Las actitudes y conductas de las colectividades
y los hombres se deben valorar considerando el tiempo histórico y el entorno en
que se producen. Frecuentemente
observamos en las redes sociales las fotografías del antiguo y demolido “Palacio
Municipal” de Valencia, que quedaba frente a la Plaza Bolívar en el cruce de la
Avenida Constitución con Calle Colombia. Estas fotos generalmente incitan a una
serie de comentarios elogiando las virtudes del edificio demolido y criticando
a las autoridades responsables de su destrucción. ¿Pero en realidad nos molesta
la demolición en sí o que dejaran el terreno abandonado sin construir nada
sobre él?
La modesta "Casa Consistorial" del siglo XIX, que servía de sede a la municipalidad. |
El
llamado “Palacio Municipal” no era un edificio de la colonia, ni siquiera
databa de los primeros años de la república. En el momento de ser demolido su
estilo arquitectónico no era colonial, sino de el primer cuarto de siglo
XX. El mismo fue el producto de la reconstrucción
o ampliación realizada en 1925 de la pobre “Casa consistorial” de dos plantas que
servía de asiento a las oficinas municipales desde el siglo XIX. Según recuerda Luis Taborda en “Daguerrotipo
del Recuerdo” esta obra data del año de la gestión de Ramón H. Ramos como
presidente gomecista del estado, siendo el ingeniero encargado de la misma el
Dr. Cayetano Méndez. Según Enrique
Bernardo Nuñez, lo que se hizo en 1925 no fue todo el edificio, sino
simplemente se reconstruyó su frente, cambiándole el estilo a uno más moderno.
La remodelación de la Casa Consistorial para convertirla en "Palacio" |
Ahora
bien, según me indican mis recuerdos de muchacho, ya que apenas yo era más que
un niño en los años setenta, cuando se produjo el derribo del edificio, ninguna
otra autoridad (gobernador, diputados o concejales) protestó por tal acción.
Igualmente ocurrió con las fuerzas vivas o sociedad civil carabobeña (colegios
profesionales, iglesia, sindicatos, cámara de comercio, etc.). Es decir, o todos estaban de acuerdo o a
nadie le importaba. Lo que sí recuerdo es que escuché a alguno de mis mayores,
en aquellos tiempos, que calificó el demolido, de manera despectiva como “un
viejo edificio”. También tengo el
recuerdo de los comentarios de que el local estaba deteriorado y era
insuficiente e inoperante para todo el aparato burocrático del Concejo
Municipal. Asimismo, existía una optimista expectativa ante la eventual construcción
de un verdadero palacio municipal, ya que existían varios proyectos para un
nuevo palacio, incluso para un “Centro Cívico” de proporciones monumentales en
el centro de la ciudad.
La percepción que se me había formado por lo
que escuchaba de mis mayores es la de que la edificación no era precisamente
del agrado de la colectividad, pero era una vaga idea sin mayor
fundamento. No tenía nada escrito que
respaldara esta idea.
Ahora bien, recientemente dos buenas amigas me
regalaron un libro del escritor, historiador y periodista valenciano ENRIQUE
BERNARDO NUÑEZ, quien llegara a ser cronista de la ciudad de Caracas y miembro
de número de la Academia Nacional de la Historia. En dicho libro titulado “SIGNOS EN EL TIEMPO-ALUSIÓN A
CARABOBO” encontré la siguiente perla, escrita en 1939, es decir, apenas trece
años después de “remodelada” la vieja “casa consistorial” y rebautizada como
“palacio municipal”:
“Los viejos balcones de la Municipalidad fueron
reemplazados por una fachada estilo mil novecientos veinte y tantos, la cual
desentona con el recinto severo de la plaza.
Esta horrible fantasía de cemento está rematada por una especie de campanario
o de templete en uno de sus ángulos. No
es obra del azar o del capricho. Un presidente del estado quiso construir una
obra que hiciera por siempre memorable su administración…Y así surgió el
templete” (“SIGNOS EN EL TIEMPO-ALUSIÓN A CARABOBO” Secretaría de Educación y
Cultura del Estado Carabobo Valencia 1969 p. 20)
O sea, que en 1939, a relativamente pocos años
de su construcción el mal llamado “Palacio Municipal” ya tenía sus detractores
entre los más destacados valencianos. Nuñez
calificaba el edificio de “horrible fantasía de cemento”. Es una buena pista para entender el poco
interés de la sociedad valenciana por mantener aquella edificación, más aún
cuando se le ofrecía edificar algo nuevo, acorde con la majestad de la
municipalidad.
Para entender su destino debemos sentarnos a
pensar, de manera fría y objetiva, si aquel edificio, tenía verdadero valor
histórico o arquitectónico. ¿Sus materiales eran especialmente nobles? ¿Acaso
mármoles o maderas valiosas en su construcción? ¿Su diseño tenía algo de
especial? ¿Era un símbolo de la ciudad? ¿De verdad era especialmente hermoso?
Lamentablemente sólo existe una foto de su interior y los que hoy viven no lo
recuerdan. Y desde el punto de vista
histórico lo único que se recuerda es la ceremonia del cuatricentenario con la
presencia de Pocaterra y Pérez Jiménez.
Hemos buscado en todos los libros de los cronistas oficiales y
extraoficiales de la ciudad y ninguno de ellos tiene alguna referencia de
importancia sobre ese edificio, al contrario de las casas Páez, Celis,
Estrella, Monagas, beaterio (capitolio), edificio de la universidad, y un largo etcétera que si han
formado parte de la tradición.
Hagamos un ejercicio de imaginación, que
también nos ayudará a entender la mentalidad de aquellos días. Supongamos que mañana alguien decide derribar un
mamotreto que parece un mini-Big Low Center que se encuentra en el centro de la
ciudad, en la Calle Comercio, creo que se llama Valencia Center o algo así.
¿Será que los comentaristas dentro de cien o cincuenta años dirán que se ha
debido conservar para el futuro ese testigo del pasado? ¿Hay que conservar
también el feo edificio en Lomas del Este donde funcionó el Concejo Municipal
en los años 70 y 80 luego de demolido el de la Plaza Bolívar? ¿Y el Centro Comercial
que estaba quebrado donde hoy está instalada la municipalidad también habrá que
conservarlo para el futuro como una reliquia para el futuro? Esas son
construcciones que no tienen valor mayor arquitectónico o histórico;
simplemente han cumplido una funcion pasajera sin calar en la tradición de la
ciudad. Creemos que sólo merecen ser
resguardados aquellos edificios que intrínsecamente tengan o bien un valor
histórico o una especial importancia arquitectónica. La ciudad no puede convertirse en un gigante
mausoleo de edificios viejos sin valor o tradición.
Primer boceto del Centro Cívico, data d 1952 con el primer plan de ordenamiento de la ciudad. |
Otro aspecto que hay que tener en cuenta, y que
casi nadie conoce, es los “planes reguladores” de la ciudad de Valencia, que
han contemplado el desarrollo ordenado y armonioso de la ciudad, el primero de
los cuales data de tiempos de Pérez Jiménez, realizado por la Comisión Nacional
de Urbanismo, que contemplaba la creación de un “centro cívico” entre la Plaza
Bolívar y el Teatro Municipal, sacrificando todas las antiguas construcciones,
entre ellas el edificio de la municipalidad.
Otro de los proyectos de Centro Cívico, con una torre de 50 pisos en la calle Colombia. |
Lo que si es absolutamente imperdonable es que
se derribó el viejo edificio sin tener ni proyecto ni presupuesto para
construir inmediatamente un buen edificio para la municipalidad. Ofrecerle a la ciudad de Valencia que se
derribaría el viejo edificio para tener uno nuevo y mejor, fue un engaño atroz.
Fue como mínimo una irresponsabilidad, si es que no fue una vagabundería con
fines de negocios turbios. Tratándose de políticos cualquier cosa fue y es
posible. De todas maneras, el día que
Valencia vuelva a tener un cronista de la ciudad, sería interesante que se
investigara en las actas del cabildo cuales fueron las motivaciones y
propuestas de las autoridades
municipales de mediados de los setenta que llevaron al derribo de la
vieja construcción.
El Proyecto de Centro Cívico de los años 70 u 80. Nótese una evocación al "templete" en la azotea del edificio. |
PD: Luego de publicado este artículo en otro
sitio, llegó un comentario que nos informa que por dentro ese edificio era
apenas tabiquería y remodelaciones. No
quedaba nada de alguna estructura original.
FUENTES
Núñez, Enrique Bernardo. “SIGNOS EN EL TIEMPO -
ALUSIÓN A CARABOBO” Secretaría de Educación y Cultura del Estado Carabobo
Valencia 1969
Taborda, Luis. “DAGUERROTIPO DEL RECUERDO”.
Tipografía París en América, S.A., Valencia, 1975
INDUVAL. “Valencia 450 Años – Una aproximación
urbanística y Arquitectónica. Editorial Arte. 2005
No hay comentarios.:
Publicar un comentario