UN VALENCIANO, EL PIONERO DEL USO DE LA
PENICILINA EN VENEZUELA
por
Luis Heraclio Medina C.
En estos días se están cumpliendo los noventa y
un años del descubrimiento de la penicilina, el primero de los antibióticos
utilizados por la medicina. El hecho se
le atribuye generalmente a Alexander Fleming, quien al finalizar sus vacaciones
de septiembre en 1928, de manera accidental observó la muerte de unas bacterias
expuestas al hongo penicilium, pero el antibiótico no se pudo purificar e
industrializar para su uso terapéutico hasta los años cuarenta, en plena
segunda guerra mundial, en los Estados Unidos.
En esos tiempos, la penicilina, por ser un elemento estratégico, era
considerada casi como un secreto militar y su distribución estaba severamente
restringida, de manera que no se conseguía fácilmente. En nuestro país apenas
algunas dosis se podían obtener por la embajada norteamericana, luego de
rigurosos trámites.
Fue un médico valenciano, el venereólogo
Medardo Medina López, el pionero del uso de la penicilina en nuestro país. Desde mediados de 1945, aun antes de que
finalizara la guerra Medina López pudo obtener directamente desde los Estados
Unidos abundantes dosis de penicilina que empezó a aplicar en su consultorio
contra el flagelo de la sífilis, que junto con la tuberculosis y el paludismo
tenían azotada a la población venezolana.
La introducción del fármaco en Venezuela fue
una verdadera novedad, que reseñaron los medios de prensa con bombos y
platillos. Centenares de personas infestadas acudían diariamente a curarse con
“el remedio milagroso” o “la medicina de moda”.
En declaraciones a “ULTIMAS NOTICIAS” en enero de 1946 el galeno
valenciano señalaba al periodista quinientos frascos vacíos que había aplicado
en menos de dos meses. Y la sala de espera estaba llena de pacientes esperando
por su turno…
El doctor Medardo Medina, nacido en Valencia en
1888, hijo del médico y militar del mismo nombre. Según recuerdan Enrique Bernardo Núñez en
“Signos en el Tiempo” y Miguel Colombet en “Carabobo Histórico y Pintoresco” el
joven Medardo hizo sus primeros estudios en el famoso “Colegio Requena” en
1901, donde destacó desde muy temprano, llegando a ser editor del diario que se
imprimía en el colegio llamado “El Aerópago”.
Apenas graduado de bachiller, el Concejo Municipal de Valencia le da el
cargo de “Ayudante del Médico del Hospital de Caridad”, donde entra en contacto
directo con el mundo de la medicina y la enfermedad. Al estar cerrada la Universidad de
Valencia, fue a estudiar a la capital, donde terminó sus estudios de medicina en la Universidad de Caracas
en 1912, año en el que el dictador Juan Vicente Gómez clausuró la casa de
estudios. Fue alumno de los famosos
doctores Revenga, Bueno y José Gregorio Hernández.
Desde sus primeros años de ejercicio se dedicó
al estudio al problema médico-social que lo preocupaba: las enfermedades
venéreas (llamadas hoy ETS), publicando varios libros de corte científico,
entre ellos: “La Marcha Invasora
de la Sífilis ”,
“1020 Aplicaciones del 606” ,
“Los Peligros de la Sífilis”, “1020 Aplicaciones del 606”y
“El Bismuto en el Tratamiento de la Sífilis”, el cual en 1.926 se hizo acreedor
de un galardón otorgado por la revista catalana “Les Nouvelles Connaissances
Medicales”.
Su preocupación por la salud pública lo llevó
a ser columnista fijo de los diarios de la épóca, tales como “EL UNIVERSAL”, “LA ESFERA ” y “EL HERALDO”.
También era articulista de en “Billiken”, “El
Heraldo”, “Revista Científica” “La Religión”, “El País”, “A.N.A.F.”, “Gacetilla Bayer” y “Miniatura” donde
trataba de manera novedosa, y hasta audaz y polémica temas tales como educación
sexual, higiene, alcoholismo, herencia, matrimonio, prostitución, eugeneisa, delincuencia,
medicina laboral, etc y sus
artículos eran replicados en numerosas revistas de América Latina. Fueron
centenares de los artículos que escribió en su carrera, tratando de educar y concienciar.
Por más de 30 años Medina (y todos los médicos)
estuvieron tratando las infecciones bacterianas con distintas medicinas, muchas
de ellas derivadas de elementos altamente peligrosos como el arsénico, elemento
fundamental de fármacos como el “606” y el “SALVARSAN”, pero desde 1945 la
terapéutica dio un vuelco total con la introducción de la penicilina.
Medardo Medina López el primero en usar la penicilina,
también fue el último en ir a su consultorio y a visitar a sus pacientes en
coche o a caballo. Aún en los años 30
cuando la los automóviles eran populares en nuestras ciudades la figura del
elegante médico manejando su “quitrín” halado por dos bellos y briosos corceles
o sobre un impresionante palomino era una imagen digna de recordar.
Medardo Medina López, el último médico a caballo. |
BIBLIOGRAFIA:
Album de recortes del Dr. Medardo Medina López
Nuñez,
Enrique Bernardo “SIGNOS EN EL TIEMPO “ Ediciones del Ejecutivo del
Estado Carabobo. Secretaría de Educación y Cultura. Valencia 1969
Colombet, Miguel. “CARABOBO HISTORICO Y
PINTORESCO”
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