La bomba sexy del cine Joyce Mathews |
Por
Luis Heraclio
Medina Canelón
Alguien dijo
que la crónica era algo así como el “anti-somnífero” de la historia. La hacen
mas amena y divertida. Se trata de las
micro-historias, los relatos de las intimidades, de las menudencias de la vida
de las personas del pasado que nos vienen a dar
una la dimensión humana de los personajes, alejados de cifras y de
hazañas, lo que nos permite conocer sus mezquindades y bondades, de sus errores
y miserias así como de sus momentos de nobleza cuando los hubo.
En Diciembre
de 1935 muere en Maracay Juan Vicente Gómez, luego de 27 años en el poder,
tiempo en el que amasó la riqueza más grande que nunca tuvo venezolano alguno.
Según algunos cronistas, incluso era el hombre más rico de América Latina. También sus familiares, compadres, subalternos
y amigos en general hicieron enormes fortunas al amparo del poder, mientras que
en Venezuela reinaba la mas absoluta miseria: una pobreza general, los más
bajos niveles de salubridad de todo el continente, con epidemias endémicas de
paludismo, tuberculosis, disentería, tifus y sífilis que diezmaban a la
población. No existía ni siquiera
un ministerio de Sanidad. Lo mismo ocurría con la educación, en niveles
bajísimos respecto a los otros países de América; las universidades cerradas,
apenas existía un solo liceo público en todo el país (en Caracas) y altísimos
niveles de analfabetismo.
Gonzalo Gómez, flanqueado por dos de sus hermanos, Juan Vicente (hijo) y Florencio. |
A la muerte
del dictador la mayoría de sus herederos huyeron del país, ante el temor de
represalias por parte de los miles de afectados por la larga dictadura y
también tratando de preservar sus enormes patrimonios habidos a la sombra del gomecismo. Todos los bienes de Gómez dentro del país
fueron expropiados por una ley nacional, pero aún así los miembros del
"clan Gómez" escaparon con cientos de millones de bolívares.
Gonzalo Gómez, junto a una de sus hermanas y otros miembros del "clan Gómez". |
El autor
norteamericano John Lavin, en “Una Aureola para Gómez” recuerda la estampida de
los Gómez a la muerte del patriarca:
“Se embarcaron para Curazao casi
cien de los miembros de la familia Gómez
-Dolores Amelia, sus hijos e hijas, Gonzalo, otro hijo de Gómez y muchos
de los primos y parientes y los allegados.
Se llevaron cuanto pudieron cargar de valor y dinero en efectivo.
Dolores Amelia corrió a la caja fuerte de la plaza Girardot. Llevó valijas con miles de billetes en
bolívares. Un solo saco contenía diez
millones de bolívares….”
Debemos
recordar que en aquellos tiempos diez millones de bolívares eran
aproximadamente dos millones y medio de dólares americanos…. Y eso en uno solo
de los sacos de billetes….
Uno de tantos
fue Gonzalo Gómez Bello, hijo de el dictador y su primera concubina favorita,
Dionisia Bello. Gonzalo también era
hermano del siniestro José Vicente, quien llegó a ser vicepresidente y luego
fue extrañado del poder por el propio Gómez, muerto en Europa antes que su
padre, y de Alí "el hijo predilecto", fallecido tempranamente en la
epidemia de gripe. Forman parte de
"la primera camada" del clan Gómez.
Pero Gonzalo,
a diferencia de sus hermanos José Vicente y Alí, no demostró mayor interés por
la política o la milicia, y aunque lo llamaban "coronel" nunca tuvo
actuación militar alguna. Si era amigo
del vivir bien, del juego y el deporte, de los caballos pura sangre y las
carreras en el hipódromo y las diversiones, como todo hijo de millonario que no
tiene preocupaciones para lograr el sustento. En Venezuela fue gran empresario
del hipismo y del beisbol, actividades a las que dedicaba gran parte de su
tiempo. Era propietario del afamado equipo de beisbol “Concordia” del estado Aragua, con el cual
viajaba frecuentemente al extranjero a los ventos deportivos. También era dueño
de numerosos caballos pura sangre que corrían en los hipódromos venezolanos
bajo las riendas de los más afamados “jockey”. El cargo que tenía en el
gobierno era el de administrador de la Lotería de Caracas, lo que le daba suficientes
ingresos para darse el tren de vida que tanto le gustaba.
Gonzalo Gómez junto a miembros del equipo de beisbol de su propiedad. |
Luego de la
muerte de su padre Gonzalo viaja en 1936 a establecerse en Estados Unidos, donde
lleva una vida de "playboy" gastando dólares a manos llenas en
mujeres, lujos, restaurantes, cabarets, fiestas y clubes. Entre rumba y rumba conoce a una jovencita
norteamericana, bailarina de Brodway, con aspiraciones de actriz de cine y ex
miss de belleza, Joyce Mathews nacida en Nueva York, una rutilante rubia quien
desde los 15 años y comenzaba a figurar en la gran pantalla como artista
exclusiva de la “Paramount” y los shows tipo Brodway.
Un primer plano de la bella Joyce Mathews. |
Gonzalo
con las alforjas llenas de millones provenientes entre otras cosas de la Lotería de Caracas, trataba de rehacer su vida en el país del
norte. Cupido o algún otro tipo de
interés unió a la linda y ambiciosa bailarina de dieciséis años con el exilado “coronel”
de cuarenta y uno. Las crónicas dicen
que la madre de la chica tuvo bastante que ver con este romance, posiblemente
Gómez se vio cautivado por la bella chica de 16 años y ojos azules. Y la niña o su madre fueron impresionadas por
los verdes billetes que dilapidaba sin medida ni control el caribeño venticinco
años más viejo que Yoyce.
La
madre de la jovencita rápidamente convino con el matrimonio que se realizó con
toda la pompa y lujo dignos de una super star y un magnate millonario. El lugar de la fastuosa recepción fue el Hotel Waldorf Astoria, uno de los hoteles
más lujosos del mundo, ubicado en un rascacielos de 47 pisos en lo mejor de
Manhatan, Nueva York. Al evento acudieron unos
ochocientos invitados, del "jet set", de la farándula y de la
economía norteamericana, que bebieron cajas y más cajas de la más fina champaña
francesa y los mejores licores que se podían conseguir en todo el mundo. La fiesta costó un una suma exhorbitante de
dólares, cantidad astronómica para la época, que marcó un hito, en lo que a
derroche se refiere.
El matrimonio de Joyce y Gonzalo, con más de 800 invitados fue uno de los más rimbombantes de sus tiempos. |
¿Y
cómo le fue a la pareja de recién casados? El matrimonio no duró ni las dos
semanas, Joyce lo abandonó acusando a Gomez de abuso físico, luego la chica
demandó la nulidad del matrimonio, alegando que no sabía el “oscuro origen” de
Gómez, que no podía vivir con el heredero de quien tuvo su país bajo "el
reino del terror". Nunca se supo
cual fue la versión de Gómez, lo cierto es que los tribunales norteamericanos
declararon nulo en matrimonio. ¿Sería una trama de la astuta madre de Joyce el
matrimonio entre la chica y el cuarentón con algún fin inconfesable? ¿Tuvo
Gonzalo que llegar a un acuerdo monetario con su desposada para evitar algún
problema legal en el país del norte que le había dado refugio? El desigual
matrimonio y el sorpresivo divorcio dejaron mucha incógnitas que no han sido
despejadas, pero causa suspicacia lo peculiar de los acontecimientos. El autor norteamericano Lavin, que citamos
arriba señala que la permanencia de Gonzalo en EE.UU. estuvo rodeada de
“múltiples procesos judiciales”, pero nada más añade. Pero se sabe que Joyce y
su madre no eran la típica “cazafortunas”, porque su padre era un millonario de
Florida.
¿Que se traía entre manos Joyce al caserse con el millonario cuarentón? |
Por
su parte, Gonzalo continuó con su vida disipada y dilapidó un millón de dólares
en menos de un año y debemos recordar que en aquellos tiempos el dólar era más
valioso que hoy en día.
Mientras
tanto, Joyce se casó seis veces más con cuatro maridos diferentes. Es decir,
repitió de marido dos veces.
Evidentemente, era una chica "partidaria del matrimonio": Con
Milton Berle, se caso, se divorció y se volvió a casar y nuevamente se divorció.
Con Billy Rose hizo lo mismo. Luego se casó con Ivor Studebaker y luego de 3
años se divorció, para casarse finalmente
con Don Beddoe hasta que murió.
En
esos tiempos actuó en varias películas en Holliwood: "Hijos a Prueba"
(1939), "$ 1000 por Touchdown"
(1939) y "Mister Universe".
Al
tiempo Gonzalo regresó a Venezuela, donde se le recordaba como promotor del
beisbol y de las carreras de caballos. Murió a finales de los 70. Sus restos
están en el Cementerio de Maracay, muy cerca del panteón Gómez.
Así
son las cosas, como diría Oscar Yanes.
FUENTES
Lavin,
John. “UNA AUREOLA PARA GOMEZ” Distribuidora Continental. Caracas.
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