No nos gusta
mucho escribir sobre la guerra de independencia, quizás porque lo que estamos
acostumbrados a ver es siempre más de lo mismo, meras repeticiones de lo ya
tantas veces visto; hoy de manera
excepcional vamos a recordar algunos de esos detalles que casi siempre
permanecen olvidados…
Ayer 12 de
febrero se conmemoraba la Batalla de La Victoria. Hoy es recordada como un combate de un solo
día, pero en realidad, se trató de una serie de combates (una batalla prolongada) librados en lo que
hoy llamamos Estado Aragua, los días 11, 12 y 13 de febrero, que iniciaron en
el lugar denominado Pantanero, al sur de
La Victoria, el día 11, cuando las fuerzas republicanas fueron originalmente
vencidas por las tropas realistas de Morales.
Los
republicanos se replegaron al centro de La Victoria y el día doce se produce en
esa ciudad el combate más conocido, donde los republicanos al mando de José Félix
Ribas (cuñado de Bolívar) vencen a los
monárquicos luego de una cruenta batalla.
La historia cuenta que al propio Ribas le mataron tres caballos en el
fragor del combate (Nectario María, HISTORIA DE VENEZUELA p. 141). Hoy apenas se menciona a Ribas, pero es
justicia recordar que en el combate tuvieron destacadísima actuación el coronel
Luis Rivas Dávila, comandante del “Escuadrón de Soberbios Dragones de Caracas”
(o “Invencible), quien murió de un tiro de fusil. Igualmente importante fue, entre otros la actuación
del neogranadino Hermógenes Maza, (rara vez nombrado en nuestro país, pero de
brillante actuación durante toda la guerra), Mariano
Montilla, Carlos Soublette, y Campo Elías, quien ya cuando casi flaqueaba
Ribas, llegó en tropel a salvar la situación, al llegar con sus refuerzos, entre otros.
Los héroes poco recordados de las jornadas de La Victoria, el español Campo Elías, el andino Luis Rivas Dávila y el neogranadino Hermógnes Maza |
EL ESPAÑOL QUE
ODIABA A LOS ESPAÑOLES
Uno de esos
detalles semi-ocultos que nos gusta recordar es sobre este último: Vicente
Campo Elías que no era venezolano, ni siquiera americano: era español, nacido
en La Rioja, pero desde muy joven partidario de la república y siempre
manifestó un odio terrible contra los españoles; decía que " iba a acabar con todos los españoles y, luego, cuando no quedara
ninguno, suicidarse para que no quedara ni uno solo de su raza". En 1.813, en plena guerra a muerte, luego de ocupar Calabozo se cuenta que degolló
a unas tres mil personas. Sus crueldades no tenían que envidiar a las de Boves. Poco le gusta recordar esto a nuestros historiadores.
RUDECINDO CANELON Y PANTANERO
Al día siguiente de la
batalla de La Victoria, José Félix Ribas ordena a su capitán Rudecindo Canelón,
emprenda la persecución de las fuerzas de Bóves, que derrotadas el día anterior
tratan de reagruparse peligrosamente.
Rudencio Canelón nació en el Tocuyo estado Lara, en
1.788, según los historiadores, se trataba de un hombre de carácter recio y de
alto patriotismo y calificado de “audaz” “furioso”, “desesperado” “algo atolondrado”. Desde los primeros años de
la guerra de independencia había alcanzado el grado de oficial y había caído
prisionero de los realistas, al mando de Monteverde quienes encarcelaron primero en Coro y luego lo habían enviado preso a las mazmorras
del Castillo del Morro situado en la
isla de Puerto Rico en el año 1812, de donde logró escapar, regresando a
Venezuela previo paso por la Nueva Granada, donde se incorpora al ejército
expedicionario dirigido por Bolívar y José Félix Ribas para liberar a
Venezuela. Durante la Campaña Admirable, Rudecindo Canelón participó en la liberación
de las provincias de Mérida, Trujillo, Barinas y Caracas. En Araure con una columna de apenas menos de
cien hombres atacó una fuerza combinada de los terribles Yanez y Ceballos,
compuesta por más de tres mil hombres, que sorprendidos y engañados al creer
que eran atacados por una fuerza superior emprendieron la huida. (Documentos de
la Vida Pública del Libertador) Simón
Bolívar lo refiere así: “El Mayor Manrique que dejando su soldados tendidos en el campo, se
abrió paso por en medio de las filas enemigas con solo sus oficiales Planas,
Monagas Canelón, Luque, Fernández, Buroz y pocos más cuyos nombres no tengo
presentes y cuyo ímpetu y arrojo publican Niquitao, Barquisimeto, Bárbula, Las
Trincheras y Araure (Bolívar, Simón.Discurso pronunciado en el Templo de
Francisco, Caracas, 2 de enero de 1.814)
A primeras horas del día 13 de febrero, cuando todavía las tropas patriotas curaban a sus heridos y recogían los cadáveres de La Victoria, Ribas ordena a Canelón, Capitán del Batallón de Valerosos Cazadores, que persiga a la retaguardia de Bóves. El capitán Canelón alcanza a las tropas realistas en el lugar llamado “Pantanero”, en el camino que conducía a Villa de Cura, Cagua y el resto del país, al Sur de La Victoria donde se libra una feroz batalla, donde una vez más se hace evidente su carácter volátil y arriesgado y muere en el fragor del combate.
A primeras horas del día 13 de febrero, cuando todavía las tropas patriotas curaban a sus heridos y recogían los cadáveres de La Victoria, Ribas ordena a Canelón, Capitán del Batallón de Valerosos Cazadores, que persiga a la retaguardia de Bóves. El capitán Canelón alcanza a las tropas realistas en el lugar llamado “Pantanero”, en el camino que conducía a Villa de Cura, Cagua y el resto del país, al Sur de La Victoria donde se libra una feroz batalla, donde una vez más se hace evidente su carácter volátil y arriesgado y muere en el fragor del combate.
Monumento en el sector Pantanero, en La Victoria conmemorativo de la muerte de Rudecindo Canelon. |
Seminario Santa Rosa de Lima, de donde salieron los seminaristas reclutados por Ribas para enfrentar a las fuerzas realistas. Casi todos murieron al poco tiempo. |
LOS SEMINARISTAS EN ARMAS
Un detalle que hoy es poco recordado es que buena
parte de los soldados de Ribas no eran militares, sino jovencitos que
estudiaban en el Seminario de Santa Rosa de Lima para convertirse en
sacerdotes. También había algunos
estudiantes de la Universidad Real de Caracas.
Una muestra de lo cruento de la batalla y de la guerra de independencia
en general, es que de los 85 aspirantes a curas reclutados murieron 79 durante
los combates de febrero. En marzo
murieron otros 8. Al final sólo habría
quedado uno. Esto produjo una escases de
sacerdotes en Venezuela por muchos años.
Otro aspecto que los “historiadores oficiales” olvidan o
minimizan es que al justamente los días de estos combates estábamos en plena
etapa de la aplicación del Decreto de Guerra a Muerte: Desde este día 13 hasta el 16 fueron
fusilados en La Guaira y Caracas unos ochocientos españoles y canarios, quizás
muchos inocentes, aplicando al horrible y necesario decreto que decía: “Españoles y Canarios, contad con la muerte
si no obráis activamente a favor de la República “ Así son las cosas.
Fuentes:
Nectario María, HISTORIA DE VENEZUELA, Ed. Venezuela, Caracas, 1.943
Páez, José Antonio. AUTOBIOGRAFIA. Librería y Editorial del Maestro. Caracas. 1.946
Blanco, José Felix.Documentos para la historia pública del Libertador.
Fuentes:
Nectario María, HISTORIA DE VENEZUELA, Ed. Venezuela, Caracas, 1.943
Páez, José Antonio. AUTOBIOGRAFIA. Librería y Editorial del Maestro. Caracas. 1.946
Blanco, José Felix.Documentos para la historia pública del Libertador.
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