UNA ANECDOTA DEL TIO MEDARDO: Sería a finales de los veinte o principios de los treinta, mi tío abuelo el médico valenciano Medardo Medina López venía en su famoso coche de dos hermosos corceles, llamado aquí "quitrín", por alguna avenida de El Paraíso en Caracas, después de visitar a sus pacientes, cuando se acercó una caravana de vehículos oficiales a gran velocidad, a la que reconoció como la caravana del dictador Juan Vicente Gómez. Un motorizado militar le hizo detenerse para que pasara la comitiva, la cual, luego de rebasarlo, repentinamente se detuvo a unos cincuenta metros. De uno de los lujosos automóviles se bajó apresuradamente un militar que corrió al encuentro de Medardo. El uniformado cortesmente le dijo: Buenos días señor, mi general Gómez manda a preguntarle cuánto pide por los caballos y si los está vendiendo. Medardo, entre incómodo y preocupado le respondió al soldado: -Dígale al general que para mí, mis caballos son como mi familia, los quiero como si fueran mis hijos y no están en venta. El escolta corrió nuevamente al carro presidencial con la respuesta mientras mi tío pensaba en su hermano preso y en sus tíos y primos en el exilio, todos enemigos jurados del régimen. Al trote regresó el soldado nuevamente y le dijo: -Manda a decirle mi general Gómez que lo felicita, que alguien que quiera tanto a sus animales merece tenerlos siempre consigo. Que tenga buenos días. Siguió su rumbo la caravana y Medardo, tranquilo, para su consultorio.
El Dr. Medardo Medina López en su quitrin con sus dos hermosos corceles. Posiblemente la toma sea en El Paraiso. |
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